Un libro que presenta de la A a la Z historias que llevan los niños a las escuelas. La escritora y docente presentó en la Casa del Pueblo, su libro editado por Rama Negra y que tiene la intención de «ayudar a los chicos a que sean visibles, que no sean invisibles en las escuelas», destacó la autora resaltando que «debemos estar para ellos, no solamente para dar contenidos».
En la Casa del Pueblo «Biblioteca Juan B. Justo» de Junín se realizó la presentación del libro «Una mochila muy pesada» de la autora Natalia Mignacco editado por Rama Negra. «La presentación en la Casa del Pueblo fue una elección mía porque quería agradecerle a Luis Oldrini -contó la escritora- todo el apoyo incondicional que me dio siempre» destacó Natalia quien al referirse sobre el contenido de su libro contó que se trata de diferentes relatos que transcurren dentro de las aulas, en los recreos, en las escuelas. «Historias que traen los niños a las escuelas que no solamente van en busca de contenido, sino que van en busca de contención y si la gente presta atención a estas cosas puede lograr mucho en los chicos, presentándole una salida a situaciones que mucha veces pueden parecer pueden no tener, pero escuchándolos, observándolos, podemos aliviar su dolor», destacó la docente.
«Una mochila muy pesada» -el primer libro de Natalia- está presentado como un diccionario que va de la A a la Z y cada letra representa un relato diferente.
El libro puede ser adquirido en la Librería Dorrego, en la editorial Rama Negra y por Mercado Libre
«Es mi primer libro. Yo nunca pensé en escribir un libro», reconoció Natalia quien tomó el desafío de llevar adelante el mismo como una especie de catarsis, por decirlo así, ya que contó que «salía muy triste de la escuela y era una forma de depositar todo ese dolor, porque son cosas muy personales. Escribiendo se hacía un poco de catarsis. Fue la idea de Luis apoyada de otras personas que me alentaron y con este libro quiero ayudar a los chicos a que sean visibles, que no sean invisibles en las escuelas».
La escritora es profesora de Matemática, trabaja actualmente en escuelas rurales. También ejerció la docencia en la provincia de Chubut. «Hace quince años que ejerzo esta hermosa profesión», destacó Natalia poseedora de una vocación docente tan fuerte que hace que «para mí es tan placentero ir a la escuela a dar clase que hace que sienta que no estoy trabajando»
LA VIRTUALIDAD Y LA PRESENCIALIDAD EN TIEMPOS DE PANDEMIA
El contexto particular de la pandemia y cuarentena que generó la virtualidad en la educación es también abordado en este libro. Su autora señala al respecto que «la falta de presencialidad me había golpeado y pensaba en los chicos que van a la escuela en busca de una contención y ahora no la tenían. Buscaban a la escuela como un refugio y ese año es refugio no estuvo y entonces mi cabeza explotaba de tanto pensar en ellos que a su vez siempre hicieron muy ágil «mi mochila» porque ellos la sostenían y por eso nunca me pesó, pero este año, sin la presencialidad me empezó a pesar».
«Considero que la presencialidad es la base para un aprendizaje satisfactorio. El año pasado nos tomó de sorpresa la pandemia, nos tuvimos que adaptar rápidamente y hablo por mi al decir que tuve que aprender muchas cosas de la tecnología que no tenía ni idea porque lo mío era la tiza y la escuadra y con eso yo ya tenía. Tuve que cambiar toda mi metodología y a la vez queriendo ser bien clara, como si fuera presencial. Los chicos manejan la tecnología tan bien que ellos me enseñaban a mí», destacó Natalia.
Esa virtualidad en cierta manera también se había convertido en «una mochila» para Natalia. «Yo quería llegar a ellos y en un momento sentí que todo consistía en la entrega de trabajo, como cumplir y listo y tenía la sensación de que los chicos no aprendían, era solamente cumplir, a través de la videollamada que no me era suficiente. Ahora, volviendo a la presencialidad, me doy cuenta de que se necesita. Acato las normas pero la presencialidad se necesita para el aprendizaje pero primero está la salud, lógicamente», remarcó.
Además la autora destacó la participación tanto en el libro como en la presentación de su obra de Brenda Berstein y al respecto comentó: «Gracias a Brenda tengo un hermoso prólogo escrito por ella. Fue quien me alentó junto con Luis y me dio la seguridad necesaria. Me dijo que era un material muy bueno y enriquecedor para los futuros docentes que se están iniciando y que va más allá de solamente dar clases. Estuvo en la presentación de manera virtual».
A QUIEN ESTÁ DESTINADO
«Va destinado a un público general», destacó la escritora y docente: niños, adolescentes y adultos pero también apunta a los futuros docentes y a quienes se están iniciando en la carrera.
«Cuando yo recién me inicié no sabía que me iba a encontrar con niños que no comían o que sufrían violencia. Nunca pensé esa parte. Cuando se te acerca un niño y te dice que le duele la panza porque no comió, uno se pregunta cómo se sigue dando clase cuando lo dijo despacito para que sus compañeros no lo escuchen. Y así muchas situaciones. Apunta a decirles que se puede, que nosotros como docentes, podemos sanar a ese niño. Buscaremos la manera. Un nene que no come no puede aprender, un nene que viene triste no puede aprender. A mí no me sirve que sepa la radicación si ese nene está triste. Yo quiero que ese nene sea feliz y si aprende matemática siendo feliz, yo me voy de la escuela con todo el orgullo porque logré lo que quería», resaltó.
«Quiero que realmente este libro sirva y hasta ahora me está demostrando que realmente sirve», destacó.
Esta obra ayuda a ver y a entender situaciones y reflejo de problemáticas y realidades sociales que se llevan al mundo escolar. «Yo cuento las historias que transcurren en las escuelas y cómo actúa el docente para solucionar el problema y a veces no se encontraron. Es para reflexionar y reguntar si actuó bien el docente en el relato, cómo se actuaría. Se puede trabajar mucho desde esa perspectiva. El libro no tiene la verdad absoluta sino muestra diferentes acciones que tuvo el docente ante diferentes circunstancias», explicó la autora.
AGRADECIMIENTOS Y RECONOCIMIENTOS
Estoy muy agradecida a todos los que me ayudaron de una u otra manera», destacó Natalia quien expresó el reconocimiento a la editorial Rama Negra que «sin su apoyo y seguimiento no lo podría haber realizado. A Luis Oldrini, mi familia y amigos que siempre me apoyaron y a todas esas personas que me hicieron llegar comentarios hermosos luego de haber leído el libro. Es muy gratificante para mí porque apunta a que entiendan a esas personas o a otras que pudieran llegar a atravesar situaciones similares y los puedan ayudar, no siguiendo el relato, sino siendo buenas personas y demostrándole a los demás que acá estamos, como docentes y que vengan, que vengan esos niños a preguntarnos, a contarnos, porque debemos estar para ellos, no solamente para dar contenidos», resaltó.