No le importó nada. El negocio estaba abierto, las sillas en la vereda, a poca distancia de la puerta del Kiosco.
No le importó nada, llegó al kiosco a plena luz del día y se robó las sillas
Todo sucedió en Arias 408, en Fontein. Llegó una mujer. Ayer cerca de las 11:30 y tal como quedó registrado en una cámara de seguridad privada, se acercó a las sillas negras, tratando de disimular las fue apilando una a una –eran tres- y se las llevó.
Mientras tanto, en el kiosco no alcanzaron a advertirlo ya que estaban abocados a la atención de clientes y porque además, bien frente al local estaban una mesa y sus tres silloncitos y a un lado, acomodadas contra una pared, tres sillas negras de plástico.
Con “picardía”, la mujer, optó por las que estaban apartadas. Llegó caminando, se detuvo junto a las sillas, se acomodó el cabello, las apiló y se fue caminando. Así las robó. A plena luz del día, con el local abierto y funcionando. No le importó nada.
Recién cuando se dieron cuenta que las sillas no estaban y tuvieron acceso a las cámaras, cayeron en la cuenta que se las habían sustraído.