¿Qué carajo le pasa a los juninenses con los sobres? Están obsesionados. Como si cada uno hubiera recibido alguna vez algún billete por hacer algo que no tenía ganas de hacer y desde entonces hubieran empezado a ver el mundo como una sucesión de coimas.
Cuando yo era muy chiquito, un compañero del colegio Santa Unión, que se compraba dos sanguches por recreo, me ofreció un peso por comerme una lombriz. La habría comido gratis, porque de más pibito todavía ya había probado lombrices, hormigas y hasta había intentado fumar un sahumerio de sándalo; situación que me dejó al borde de la intoxicación.
Sin embargo le pedí tres pesos para hacerlo. Y el boludo me pagó para reírse un rato de verme hacer algo que, la verdad, no tenía ningún inconveniente en hacer.
Hay algunos que son tan básicos que creen que solo podrían hablar bien de ellos, o en contra de ellos, si hay dinero de por medio. O algún favor. O algún beneficio sexual. O algún puestito en la administración pública. ¿Qué carajo les pasa a los juninenses con los sobres?
Cuánta culpa hemos tenido los periodistas. Mucha. Desde hace un tiempo a esta parte elegimos bando, nos hicimos amigotes de los que tendríamos que entrevistar, quisimos ser protagonistas en lugar de ser los que te cuentan a vos lo que vemos desde las sombras.
Cuánta culpa tuvo la política. Mucha. Creen tan poco en ellos mismos que se sienten incapaces de convencer si no hay favores de por medio. Y si hablan mal de ellos, creen que el favor lo recibimos de parte de otro. Y hasta hay algún boludo que te toca el timbre o te llama por teléfono para ver si puede mejorar la oferta. ¿Qué oferta, infeliz? Vení y abrí mi heladera que vas a entender.
Antes de las PASO, me tocó llamar a un candidate -por única vez lo voy a decir en inclusivo así nadie intenta jugar al detective- para pedirle una entrevista. Hicimos con todos, menos con la de NOS que se asustó cuando leyó que hubiera preferido fumar un porro antes que ir a su conferencia. Lo primero que me preguntó le candidate era cuánto le iba a costar. ¿Me estás jodiendo? Mariana Nanis cobra en dólares antes de cada entrevista y nunca hizo nada por cambiar el mundo.
Cuánto me va a salir, me dijo. Y ahí pensé que el periodismo en Junín estaba muerto. Que si me estaba preguntando eso era porque ya le habrían cobrado más de una vez por el espacio. Y ahí empecé a entender qué carajo le pasa a los juninenses con los sobres. Viven pensando en plata. Se les murió la pasión. Y yo lo lamento mucho, pero no voy a hacerme cargo de sus miserias.
Por Juani Portiglia – @JIPortiglia