El precio del kilo de pan, uno de los alimentos más consumidos por las familias argentinas, volvió a pegar un salto en las panaderías de la provincia de Buenos Aires y si bien los valores son diferentes, en promedio se paga en ciudades del interior unos $70 por kilo.
Luego de la disparada del dólar en las últimas semanas, la bolsa de harina trepó de $600 a $850 (en algunos distritos se paga hasta $980), por lo que es inevitable para el sector esquivar el aumento del pan. En este contexto, el vicepresidente de la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires, Emilio Majori, advirtió que a principios de esta semana aconsejaron vender el kilo de pan a $70 pesos, pero al sacar los costos a muchos les da para llevarlo a unos $85.
«Habían suspendido los pedidos y las entregas. Hay un problema de estabilidad, no sabemos cuánto vamos a cobrar y cuánto vender. Días atrás aparecieron un par de molinos vendiendo la bolsa de harina a $850, que más impuestos en total llegan a $980», precisó Majori. Y remarcó que «el panorama no es nada bueno, hay muchas nubes muy oscuras, estamos en reunión viendo que hacemos. Estamos en una emergencia sin rumbo».
Según Diego Cifarelli, titular de la Federación de la Industria Molinera, el valor sube porque el trigo se exporta, se paga a valor dólar para hacer harina y, para colmo, en medio de la volatilidad cambiaria, se redujo la oferta del cereal.
A esta situación se sumará en las próximas semanas el incremento en la tarifa de gas que están definiendo el Gobierno y las empresas energéticas, y que irá del 30% al 140%. «Las panaderías no tienen más margen para pagar nada y se están pasando a la clandestinidad. Hoy ya hay más panaderías ilegales que legales», advirtió Majori.
En Trenque Lauquen, por ejemplo, un grupo de panaderos acordó aumentar un 25%, por lo que el kilo ahora se consigue en promedio en $65. En Bahía Blanca el pan se vende a $69 el kilo y en Tandil a unos $80, siempre en promedio.