OPINION: Liderar o administrar? Dos modelos de gestión, dos formas de entender la política

Locales

Juan Manuel Sequeira, Junín Bicentenario, Socialistas en el Frente Todos

Me surge esta reflexión, luego de un mes de entrevistar cada día a diferentes protagonistas de la vida política y social de nuestra ciudad con nuestro programa de radio.

Consecuente con las ideas que siempre han motivado el quehacer político de nuestro espacio no puedo dejar de percibir una metodología de acción en la gestión de la crisis por la pandemia del coronavirus en nuestra ciudad que pone nuevamente en el centro del debate el enorme atraso que tenemos en comparación con otras ciudades en materia de planificación, modernización del Estado, agendas de resiliencia y articulación política y social.

Contrario a lo que la vorágine y urgencia diaria podría suponer, es muy necesario retomar en este momento esta discusión, siempre con carácter propositivo y con ánimo de aportar herramientas. Por eso, pretendo encararla con un ejemplo concreto que nos permita reflexionar sobre si no es posible hacer de esto una oportunidad para ir forjando otra forma de construir la ciudad, más democrática, más participativa y por ende, más justa.

Quiero tomar el caso de la Mesa Social, una herramienta que de ninguna manera debe ser un “como si” sino que efectivamente debería funcionar de manera articulada con el territorio, con la diversidad política y como aglutinadora de datos para una acción integral. ¿Por qué? Primero porque la mesa social tiene que tener penetración territorial, como se dice comúnmente “llegar” a todos lados.

En segundo lugar, porque las muestras solidarias que emergen en todo Junín -producto de la conciencia social de que venimos de años de fuerte retracción económica, sumado al parate lógico actual – debe poder integrarse a la acción coordinada. En tercer lugar, porque es central administrar recursos escasos, optimizar esfuerzos y ver la oportunidad de censar la situación de las familias juninenses. Y por último, porque se necesita un Gobierno local que lidere proyectos, que sea capaz de imprimir innovación en la gestión, que empodere el capital humano y social que posee, que modernice ciertos procesos incorporando tecnologías en la gestión urbana.

Comedores, merenderos, sindicatos, instituciones, peñas deportivas, clubes, cooperativas, organizaciones no gubernamentales, han salido en forma voluntaria a ponerse a disposición de los que menos tienen y brindan gran cantidad de horas de su tiempo a juntar donaciones, cocinar, distribuir alimentos. Y ni que hablar de las empresas y pymes que junto a donantes particulares anónimos, acercaron innumerables elementos al Hospital. La mayoría de ellas y ellos desarrollan en forma anónima su tarea comunitaria. Esto contrasta y deja en un lugar muy poco feliz a las fotos exhibidas por funcionarios y militantes oficialistas cargando cajas, bolsos y hasta en poses con rostros de «cansancio» y haciendo gala de «agobio».

Somos defensores a ultranza de reivindicar a la política y al Estado como los agentes protagonistas de la conducción de la crisis actual y de los resultados necesarios para abordarla. Pero de ninguna manera creemos que este sea el mensaje que se transmite con estas fotos.

La forma de reivindicar la política y el trabajo, que sin dudas deben estar haciendo muchos funcionarios y militantes, es convocando de manera amplia a todos aquellos vecinos y vecinas que están de forma anónima resolviendo muchos de los pesares de su barrio.

Convocar no es solo para escuchar sus propuestas y expectativas, sino también para ofrecerles herramientas. Las mismas pueden ser de seguridad para que la manipulación de alimentos sea inocua y el contacto mínimo. Pueden armarse voluntariados, para confeccionar delantales o barbijos de manera comunitaria. Podríamos ofrecerles una plataforma, hoy muy sencillas de hacer incluso por Google, para georreferenciar sus zonas de influencias, día y horarios así se complementan. Podríamos darles una breve encuesta para que le hagan a quienes asistan, en donde respondan tres o cuatro preguntas para saber si acceden a otra política de asistencia o no, a que se dedican, o si tienen adultos mayores a cargo. Podríamos darles folletería para que se lleven información útil. Son ideas, claro. Pero necesitamos un gobierno local que lidere estos procesos, que genere sinergias, que tenga capacidad de innovación.

¿Hablamos de una nimiedad? Tomense un minuto para leer solo algunos ejemplos y saquen sus conclusiones: Fonavi 117, Olla de Mujeres (Barrio Evita) Comida Solidaria (Barrio San Jorge), Comedor Ambulante, Todo por Ellos (Batilana al 600) el trabajo del Movimiento Evita, son algunos de los que conocimos por Radio Mestiza, pero además, la base de datos de comedores y merenderos que comparte una organización tan reconocida como Don Ito, (búsquenla en Facebook para más información): “ Nueva Esperanza”, “ Esperanza de Cambio”, “Nariguetas”, “Frutillitas”, “Tía Marta”, “Los Totoreros”, “Los Pekes”, “Bombitos”, “ Rayito de Luz”, “Los dragoncitos”, “ El Milagro”, “Mana del Cielo”, “El Tata”, “Los Solsitos”, “ Gastoncito”, “ Los Chiquititos”, “La hora feliz”, “Rinconcito de la Vía”, “Los Corazones”, “Aguilas Pequeñas”.

¿Tenemos esto actualizado desde el municipio? ¿Sabemos cuanta gente depende hoy de esta asistencia?¿ Que estamos haciendo juntos?

Permítanme un mínimo paréntesis: Todo el arco político tiene capital para aportar a esta crisis. Si el temor es la falsa creencia de que convocando se pierde o se cede conducción política, solo resta mirar otro caso del mismo signo político.

Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño, no ha dudado ni un momento en mostrarse en un trabajo codo a codo con el gobierno nacional, dirigentes diversos, periodistas de medios opositores, articulaciones de todo tipo con la sociedad civil. Son otros momentos. La coyuntura actual muestra un Estado Nacional y un Estado Provincial presentes, con convocatoria a todos los sectores políticos, de políticas consensuadas, de protocolos compartidos y acordados.

Quienes venimos de una tradición política de izquierda, siempre vimos con recelo un término como el de resiliencia (de corte individualista, relacionado a la autoayuda y superación personal ) pero sin dudas, como con tantas otras cosas, la realidad nos planta cara y exige que re visitemos estos conceptos para ponerlos al servicio de una mejora de la calidad de vida. Sus tres etapas son el sobrevivir, adaptarse y mejorar. Estamos ante la oportunidad de tener una agenda de planificación para reconstruirnos. Y es un camino, que ya no resiste transitarlo solos. Solo podremos ponernos a la vanguardia con instituciones participativas modernas y eficientes.

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