Opinión, por Victoria Muffarotto:
La pregunta del título es sincera. Surge como balance y proyección de lo que va a pasar en este 2019, como resultado de la distancia entre las nuevas promesas de campaña y la realidad de lo ya ocurrido.
A los productores agropecuarios les dicen que ahora sí les van a arreglar los caminos rurales. ¡Que este año SÍ! Fue una promesa imprescindible para lograr algunos votos que les permitieron aumentar las tasas, puesto que los representantes del campo en el Concejo algo tenían que ofrecer. Los ruralistas aceptaron a regañadientes la promesa de afectar el 70% de lo recaudado, puesto que la mayor parte la vuelven a poner ellos (¡les aumentaron el 43%!) Pero además empiezan a darse cuenta de otra cosa ¿Sabrán los responsables de mantener los caminos que 2019 se anuncia como el año más llovedor de la década? ¿Se basará esa promesa en el manejo de esta información?
Cuando les reimplantaron las retenciones no los defendieron; cuando se les complicó con la sequía, tampoco. Si ante esta nueva promesa la respuesta va a ser «¿Y cómo querés que te mande la máquina si está lloviendo?», las cosas se pueden poner muy feas.
A los representantes de Comercio e Industria les respondieron que considerarían su situación (cuando nunca se dignaron a tratar nuestro proyecto de emergencia comercial para defenderlos). Lo que la cámara pedía era que pospusieran los aumentos de tasas hasta la segunda mitad del año, y que Petrecca demostrara así que verdaderamente cree en esos anuncios de recuperación económica que prometen para después de Junio. Pero en los hechos, lo que le dieron fue un «tasazo»: no solo les aumentaron un 43% seguridad e higiene sino que, para completarla, no movieron el límite por el cual muchos comerciantes pasarán al régimen mensualizado perdiendo algunos beneficios. Luego de presentar las declaraciones juradas, muchas boletas les aumentarán al doble a empresarios que están vendiendo la mitad. «La inflación nos afecta a todos», les dirán entonces los que debieron darle una respuesta de verdad.
Cuando Gas Junín planteó que su futuro era inviable en el escenario que enfrentaba, Petrecca se puso los pantalones largos y acompañó a Torres (el CEO) a hablar con Iguacel (el Ministro de Energía luego eyectado). El resultado de esa reunión no se conoció, pero desde Diciembre los juninenses ya están pagando el gas un ¡120% más caro! Los comerciantes gastronómicos ya están «sufriendo la solución» que le dieron Petrecca e Iguacel a Gas Junín, pronto lo notará el resto de los vecinos. ¡Gracias por este 120 %!
Muchos jubilados votaron para obtener por fin el tan ansiado 82% móvil. ¡Los robaron! Les cambiaron la fórmula de aumento y les sacaron del bolsillo plata que ya era de ellos por ley. Hoy cobran mucho menos de lo que les correspondía cobrar con la fórmula de Cristina. Y con esos ingresos menguados tienen que afrontar aumentos en los medicamentos que ya no les cubre la obra social. Como a los trabajadores, les dijeron que podían vivir mejor y ahora les dicen que vivían demasiado bien. Que no se lo merecían, les dicen.
A los inquilinos que les cuesta llegar con el alquiler, les prometieron la construcción de viviendas. Una promesa que renuevan pero a la que le asignan un presupuestos irrisorio.
A los trabajadores mejor posicionados les prometieron que ya no pagarían ganancias. ¡Les mintieron! Hoy paga ganancia una porción mayor de los trabajadores y en un contexto donde han perdido hasta un 20% de su capacidad de compra. ¡Otro perverso milagro que no logró ni la dictadura! Cuando las empresas cierran, los funcionarios se desentienden de los trabajadores en conflicto; cuando ya no pueden más, reciben a los nuevos desocupados para «contenerlos» ¿Alguno de los despedidos consiguió un nuevo empleo o recibió algún tipo de alivio desde la gestión Petrecca? No conocemos un solo caso. ¡Y luego sacan pecho para que los municipales les agradezcan la instauración del convenio colectivo que ellos mismos obtuvieron gracias a su lucha!
Ninguna intendencia contó antes con los recursos que se le dio a Petrecca para brindar seguridad, sin embargo, la ciudad es cada vez más caótica. En términos generales, cada juninense tiene hoy menos oportunidades que en 2015, por eso no es extraño que el delito predatorio vuelva a crecer y que a las bandas narcos y criminales les sea más fácil reclutar soldaditos. En el marco de un aumento inusitado de la pobreza, fue este intendente quien cerró Casahuerta, una experiencia de reinserción sumamente valorada ¿Cómo pretende ahora que re empleando a algunas figuritas va a mejorar la seguridad de nuestros vecinos? «Pobreza Cero, Cerrar la Grieta, Ciudad Segura»… ya no necesitamos esos eslogan, necesitamos hechos.
A muchos juninenses los implicaron en una maniobra de «aportes truchos» para blanquear la plata negra con que financian esas costosísimas campañas del engaño. A todos nos arruinaron con tarifazos impagables. Hoy intentan un nuevo saqueo con un aumento de tasas del 43%, que será resistido por los vecinos mediante la más básica de las respuestas: «YO NO PAGO MÁS» es un mantra que se escucha todos los días en la calle y amenaza con convertirse en algo más grave si Petrecca no escucha de una vez por todas.
Por todo eso, volvemos a pedirle a los gobernantes locales de Cambiemos que tomen nota de lo que está pasando. Los engaños listados más arriba no surgen de nuestra posición opositora, fueron recogidos de las conversaciones cotidianas con que el Pueblo se manifiesta HARTO. ¡Entérense, no fuguen hacia adelante, ya no hay farsa que cubra lo que está pasando profundamente! ¡Retrotraigan el aumento de tasas, defiendan al Pueblo de Junín contra los tarifazos, declaren la Emergencia Comercial, permitan a los empresarios que conserven los puestos de trabajo, a los productores agropecuarios que puedan sacar sus cosechas! ¡DEJEN TRABAJAR, DEVUELVAN EL TRABAJO QUE DESTRUYERON! Es la Paz Social lo que está en juego.
Victoria Muffarotto, concejala de Unidad Ciudadana.