Xilofagia es el hábito de comer madera regularmente. No suena extraño si pensamos que a día de hoy existen varios animales que incluyen la madera como ingrediente esencial a su dieta: el oso panda, el molusco broma, insectos xilófagos como la avispa de la madera, las termitas, el escarabajo de abeto, etc.
El problema es que no solo se trata de una práctica que lleven a cabo animales; también algunas personas a menudo sienten un deseo irrefrenable de ingerir este material: una adicción que debe ser tratada por expertos. Además, quienes lo sufren también disfrutan comiendo papel y lápices, ya que se derivan de la madera.
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Este trastorno está directamente relacionado con la PICA, síndrome que consiste en comer cosas que no reportan calorías, como tierra, pintura, barro, cemento, bolas de pelo, etc.
Entre quienes tienen más riesgo de padecer el trastorno PICA destacan las personas que sufren epilepsia, psicopatía o algún daño cerebral. También suele darse en niños de corta de edad, especialmente en aquellos que presentan problemas de autismo.
Según los especialistas, no hay ningún tratamiento específico contra la xilofagia ni el resto de trastornos que abarca la PICA. Lo que puede funcionar es suministrar fármacos para controlar el estrés y la depresión, suplementos nutricionales, o sometimiento a terapias con un psicólogo experto en este tipo de conductas y comportamientos.
Como a fin de cuentas la madera es una sustancia no comestible, las personas que la ingieren con frecuencia pueden acabar sufriendo daños en su organismo: anemias alimentarias, infecciones parasitarias, perforaciones del aparato digestivo, bloqueo intestinal o estreñimiento.