Cometer un delito e intentar ocultarlo o pasar desapercibido, cada día es más complicado si el lugar es en plena vía pública.
Que los jóvenes no midan las consecuencias de lo que creen “puede ser una travesura”, es bastante habitual.
A modo de ejemplo, citamos lo ocurrido durante el fin de semana en Barrio Padre Respuela. Y lejos está de ser una “travesura”.
Los hechos involucran a un grupo de adolescentes, que se alejan del “juego inocente” para transformarlo en delito.
Fue sobre calle Canavesio y las cámaras privadas de seguridad, muestran en dos videos, cómo rompen y roban.
Si bien el horario que marca el video es el de la 1:00 AM, hay un desfasaje de dos horas. Todo sucedió a las 3:00.
En el primero, dos adolescentes roban la rueda de un automóvil.
En el segundo, uno de ellos –junto a un grupo más numeroso-, corre hacia un portón, salta, lo patea y lo rompe.
Horas después, el dueño del auto se llevó la desagradable sorpresa y el titular de la propiedad en la que dañaron un portón, ponerse a repararlo, adquirir las piezas rotas y asumir los costos.
Y al grupo de jóvenes habrá que identificarlos. Las cámaras de seguridad son una buena herramienta.
