Otra vez fue Rivadavia de Junín el campeón de la Primera División de Fútbol Femenino de la Liga Deportiva del Oeste, después de derrotar con autoridad a UNNOBA 3-1 en la gran final que se disputó en cancha de Ambos Mundos.
Los dos goles de Lourdes Castro, que reapareció en el equipo para la cita definitiva, y el restante de Estefa Aliano, la joyita de la noche, empezaron a resolver las acciones ya desde el primer tiempo. El descuento en el complemento de la buena de Juana Garayalde no fue suficiente para terminar de poner en riesgo la nueva conquista.
Ellas, Las Celestinas, las que se juntan solo los domingos para jugar, siguen marcando el ritmo en la ciudad con la obtención de su quinto campeonato, tercero de manera consecutiva. Y en honor al número que, felices, marcaron a lo largo de los festejos con los dedos de su mano es que decidimos resaltar las cinco razones que hacen de Rivadavia de Junín un equipo diferente a todos.
1-EL ESFUERZO
No vaya a pensar usted que a Las Celestinas les da fiaca entrenar, estudiar al rival en la semana, ensayar una jugada preparada. Las dificultades pasan por ser un equipo compuesto por jugadoras de distintas ciudades y pueblos, con trabajo, con hijos y sin la suficiente ayuda de parte del club como para solventar los gastos que implicaría poder juntarlas a todas aunque sea dos veces a la semana previo a un partido. El esfuerzo corre por su cuenta, que, como bien había contado Romina Alonso en la previa, ponen plata de su bolsillo en un fondo común, destinado a pagar los viajes de las jugadoras domingo tras domingo.
2-EL TALENTO
Tantas veces se escuchó decir que al talento hay que acompañarlo con trabajo; muchas veces en desmedro de esxs cracks que nacen muy de vez en cuando, bendecidos por una lucecita que vaya a saber uno cuándo baja del cielo, y que nos generan envidia, a veces sana y a veces no, a todos aquellos que no tuvimos esa suerte. Pero si la fórmula se invierte, también hay que aceptar que el esfuerzo sin talento muchas veces no alcanza. La reunión de jugadoras de buen pie, con potrero a falta de escuelita, es otra característica distintiva de Rivadavia de Junín, un equipo al que le sobran los recursos técnicos.
3-LA INTELIGENCIA
El encargado de remarcarlo fue el propio entrenador, Mariano Reynoso, cuando el pentacampeonato ya era una realidad. Así resumió su tarea al frente del equipo, con un dejo de modestia, más allá del obstáculo que implica no poder trabajar en la semana con sus jugadoras. «Siempre remarco que tienen un nivel de inteligencia altísimo. Es asombroso. En cada torneo me toca rearmar un equipo, si bien se mantiene la base, pero siempre sale. Lo que plasmo en un pizarrón minutos antes de cada partido, los chicas lo sacan. Es admirable».
4-EL SENTIDO DE PERTENENCIA
No es casualidad que al otro lado del alambrado, después también en los festejos, estuvieran exjugadoras del club como Luna Maimone y Melina Garialdi. Tampoco que en el banco de suplentes, con sus botellitas y nerviosa de pies a cabeza, estuviera Vivi Biz. Mucho menos que Estefa Aliano remarcara tantas veces que más que un equipo, Las Celestinas son una familia. A partir de ese sentido de pertenencia es que Rivadavía ha conseguido, también, ser el más ganador de los equipos juninenses.
5-LA IDENTIDAD
En relación a todo lo anterior es que Las Celestinas han construido una identidad bien definida, que no se resiente con las bajas ni las ausencias ocasionales. Que tanto Poli, como Romina, como Estefa, como Daiana y tantas otras han sabido transmitir a una pibita como Yanella Tracchia, que con 14 años saltó también ayer a disputar su final. Y así va a seguir la herencia…
Por Juani Portiglia – @JIPortiglia