Vaya uno a saber si fue por el clima distendido que fueron generando los pibes de Taller de Noticias, en el estudio de FM Industrial 93.3, que transformó entrevista en ronda de mates, charla de por medio; o si fue porque ya pasó la tensión de la campaña y las urnas le dieron la derecha a su gestión. Vaya uno a saber por qué, pero Pablo Petrecca se despojó del filtro, se desprendió de las recomendaciones de consejeros, se desacartonó y se sometió al juego de dejarse sorprender por cada pregunta, sin observación previa, sin marcar el límite de lo que se podía y lo que no se podía indagar.
Hubo, entonces, oportunidad de escuchar al intendente reelecto analizar el papel que desempeñan los medios de comunicación en la vida política, así como el rol de las redes sociales en su difusión y contribución a un ida y vuelta que muchas veces se ve manchado de odios y rencores.
«Más allá de las notas de opinión o de las críticas, existen también noticias falsas que provienen de lo que yo no llamo medios sino agencias, que no son locales, que están hechas para extorsionar. Comunican una información falsa para pedirte algo a cambio y que esa información deje de estar circulando. Lamentablemente eso funciona así», expresó Petrecca.
Y agregó: «Eso ya pasa el límite de la opinión, del juego, de la provocación, del punto de vista. Uno hace referencia a la mala leche y a lo extorsivo. Al que dice mirá, yo digo esto de vos. Si no te gusta, sale tanto. Esas son cosas en las que yo no he entrado y por eso he tenido que soportar muchísimas cosas, muchas denuncias. Y mucha gente la cree, por esto del miente, miente que algo quedará. Yo creo que en general la sociedad premia y castiga. Pero por supuesto que afecta. No a uno, porque lo eligió«.
El intendente se permitió recordar una nota que sufrió en carne propia, pero que también le sirvió para entender cómo iban a ser las cosas de aquel momento en adelante. «Apenas había arrancado en la política, salió una nota de tapa sobre mí muy dura, firmada por un periodista que ya no está, falleció, y ese día me sentí muy mal. Después entendí de qué se trataba esto y a partir de ahí uno lo fue llevando, pero la familia no. La familia no se prepara para eso. Que tu papá de 88 años, que toda la vida se rompió el lomo trabajando, escuche ciertas cosas… Por ahí le duele un poquito más. A eso me refiero con los límites que no se deberían cruzar».
La política de los últimos años se ha nutrido también de la posibilidad de utilizar las redes sociales como bandera de guerra, ya sea a través de cuentas falsas o lisa y llanamente aprovechándose de los fanáticos que defenderán a capa y espada, incluso cuando tengan que reducir a la mínima expresión al adversario, denigrándolo como persona. Si tal nivel de agresión no le sirviera a los políticos, tal vez contribuirían a parar la pelota. Por el contrario, ninguno pareciera querer hacerse cargo.
«Esto es consecuencia de la famosa grieta, que tiene que terminarse en algún momento. Por lo que a mí me corresponde, con lo que es mi equipo de trabajo, puede haber alguna chicana o alguna gacetilla un poco más dura, pero yo tengo prohibido que hagan descalificaciones o peleas, porque no es el camino. El camino es el de la discusión y los consensos», expresó Petrecca.
Y sin terminar de castigar del todo a quienes han sabido defenderlo en campaña con los peores métodos dialécticos, agregó: «Después hay un montón de otra gente sobre la que uno no tiene ningún control. Esos a veces salen a defender una postura y son mucho más agresivos. Pero insisto, no es el camino. El camino tiene que ser, desde la opinión, poder debatir y así dar lugar a diferentes puntos de vistas y consensos. Espero que la elección del domingo pasado tranquilice un poquito y se vaya atenuando la tensión de esa famosa grieta hasta ir desapareciendo. Ojalá», concluyó.
Ojalá, decimos también nosotros. Pero son ustedes los que tienen que dar el ejemplo.
Por Juani Portiglia – @JIPortiglia
