La muerte de Mabel Edith Sosa y Marcelo Fabián Martinotti como consecuencia de un choque que se produjo hace treinta días en Ruta Nacional 188 a la altura del km. 105,5 es investigada desde la UFI 4 y avanza en la trascendencia de establecer responsabilidades.
Por la muerte de Mabel Sosa y Marcelo Martinotti, surgen novedades en la causa judicial
Como se sabe, la pareja se movilizaba en un Renault Duster cuando colisionó con una Toyota Hilux conducida por un vecino de Rojas.
Tal como fuera descripta la escena, en un primer momento, era dantesca.
Los juninenses habían perdido la vida en forma casi instantánea y el rodado literalmente partido al medio mientras que la Hilux había impactado contra un árbol y el conductor, liberado por personal de Bomberos Rojas, derivado al Hospital Unzué sin riesgo de vida.
Dada la gravedad del siniestro, aquella madrugada trabajó personal policial, Bomberos, SAME, Policía Científica, funcionarios de fiscalía entre los que se encontraba la fiscal, Dra. Pamela Ricci.
Determinar la mecánica del siniestro no iba a ser tarea sencilla por las condiciones en las que se encontraban los rodados, la cinta asfáltica, aunque la luz, lentamente comienza a asomar.
Por un lado, esperar del informe de Policía Científica, por el otro, la fiscal deberá establecer las condiciones en las que se trasladaba el rojense Paulucci, conductor de la Toyota Hilux.
Y a medida que se toman declaraciones testimoniales, más que aclarar, por momentos parece que oscurece.
Ocurre que el resultado de la alcoholemia tomada al vecino de Rojas, arrojó resultado negativo. En criollo, “no hay alcohol en sangre”.
Pero surgen dudas, o mejor dicho, certezas. Hay algo que no “huele bien”.
Hace una semana la fiscal había dispuesto el secuestro de la historia clínica de Paulucci en el Hospital Unzué, centro al que lo habían trasladado aquella madrugada.
Surge un dato fundamental, en la misma, durante el interrogatorio de los profesionales que lo asistieron, manifestó haber consumido alcohol.
También la última semana, prestó declaración testimonial uno de los médicos que recibió al paciente en el Hospital.
Trascendió que en un minucioso relato, el profesional –cuya trayectoria es destacable-, habría referido que en el primer examen físico Paulucci “tenía olor a alcohol, aliento etílico”.
No es un testimonio aislado debido a que otro de los convocados a brindar información para sumar a la causa, el integrante de un grupo musical rojense, aquella noche había actuado en una fiesta privada en una quinta ubicada en proximidades de la Ruta Nacional 8, confirmando que se había consumido alcohol.
ALGO NO CIERRA
Cuando todo parecía indicar que se estaba ante un incidente vial en el que se podrían establecer rápidamente las responsabilidades de los protagonistas, hay algo que cuanto menos “no huele bien”.
La muestra de sangre de Paulucci dio negativo pero no coincide con sus propios dichos en el Hospital ni con el testimonio de uno de los profesionales que lo asistió.
UN MAL RECUERDO
Lamentablemente es inevitable recordar el siniestro vial que se cobró la vida, en Ruta Nacional 7, de otros dos juninenses, Colombo y Medialdea, cuando la justicia a través del entonces fiscal, Dr. Daniel Nicolai, logró demostrar que había habido un cambio en la sangre extraída al ciudadano de nacionalidad boliviana, protagonista de aquel terrible choque.
Años después, Quispe Visa fue condenado pero también una serie de funcionarios policiales que –de acuerdo a lo establecido por los integrantes del Tribunal Oral Criminal 1- participaron en el cambio de sangre tendiente a evitar demostrar que el conductor del utilitario manejaba alcoholizado.
QUE NO SE REPITA LA HISTORIA
Familiares y amigos de Mabel Edith Sosa y Mariano Fabián Martinotti, mientras transitan el duelo por las vidas perdidas, esperan que se haga justicia.