Una caída cercana al 30% en el rinde de la cosecha gruesa y pérdidas estimadas en 1.600 millones de dólares es el balance provisional de la que ya muchos productores consideran una de las peores campañas agrícolas en la última década.
La falta de agua, que se prolonga desde principios de octubre tras un período de 18 meses de lluvias que provocaron serias inundaciones, castiga con dureza a la producción bonaerense. Tanto que los especialistas en la materia proyectan recortes cercanos al 30% en los rindes, respecto de las previsiones que se hacían en el inicio de la campaña, alentados por la buena presencia de reservas de agua en todo el territorio.
En efecto, los productores esperaban una cosecha gruesa (soja, maíz y girasol) cercana a los 40 millones de toneladas, pero en la última semana, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Rosario, las expectativas cayeron a 28,5 millones. Se trata de un recorte del 28,5%, siempre y cuando comience a llover. De otro modo, en las próximas semanas el panorama podría ser aún peor.
Esto representará, según dijo el economista agropecuario Jorge Ingaramo, una pérdida estimada en los 1.600 millones de dólares solo para el agro. Es decir, no se tiene en cuenta en el cálculo lo que se conoce como la «demanda derivada»: el dinero que no se volcará a los mercados locales a raíz de la retracción en la economía de los productores.
Por su parte, el Ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, calculó que «solo considerando soja y maíz, hay una afectación en los rendimientos de un 20% en soja y un 10 u 11% en maíz».
Además, sostuvo que «el 35% de las áreas cultivables de la provincia tiene un grado de afectación por la sequía. Esto es: desde lotes perdidos hasta los que se hasta el momento se pueden recuperar si llueve lo necesario».
En rojo
El panorama para el agro es desalentador: sin reservas de agua útil en el suelo, los mapas elaborados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) muestran una provincia completamente «en rojo», lo que equivale al valor «0». La situación se replica en todo el país, a excepción del noroeste.
En la provincia, según un relevamiento de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) la zona más afectada es el castigado Sudoeste, cuya histórica sequía se había interrumpido el año pasado a raíz de las recurrentes lluvias. Allí la falta de agua afecta fuertemente a los granos y la ganadería, por la imposibilidad de implantar pasturas para el invierno.
En el norte provincial, parte de la zona núcleo sojera también se visibiliza una gran afectación en los rindes de los cultivos, y en menor medida en la ganadería, puesto que no es una actividad fuerte para la zona.
En el oeste, en tanto, la situación aparece menos grave, aunque también se notan los efectos de la seca. Con precipitaciones esporádicas y de poca cobertura, algunos cultivos tuvieron un buen comienzo gracias al agua acumulada en las napas luego de la inundación que afectó fuertemente a la zona el año pasado.
El estado de los cultivos
De acuerdo a los informes combinados de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y de Rosario, la proyección de la cosecha ronda los 28,5 millones de toneladas.
En cuanto a la soja, las estimaciones actuales hablan de una cosecha de 15,5 millones de toneladas en la provincia, con un rinde promedio de 24,4 quintales/ha.
Respecto al maíz, las proyecciones ubican la cosecha en números cercanos a los 11 millones de toneladas, con un rinde promedio de 63 quintales/ha.
Finalmente, para el girasol la producción estimada es de 2,1 millones de toneladas, con rindes que oscilan entre los 15 y los 25 quintales/ha según la zona.
Emergencias
Respecto de la situación actual, Sarquís consideró «compleja» la actual campaña: «Venimos de casi 18 meses de lluvias ininterrumpidas y con inundaciones, y a partir del 10 de octubre empezó a cambiar y en determinados lugares dejó de llover», señaló.
El funcionario adelantó que la próxima semana convocará a una reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria (Cedaba), y señaló que ya se están recibiendo la documentación de los municipios solicitantes.
En ese marco, pidió «ser muy cuidadoso cuando habla de estos temas como los de las emergencias, porque cuantificar una sequía es mucho más difícil que estimar el daño de una inundación, y hay que ser muy preciso».
Sarquís afirmó que el 35% de las áreas cultivables está afectado por la sequía
El ministro de Agroindustria, Leonardo Sarquís, precisó que «el 35% de las áreas cultivables de la provincia tiene un grado de afectación por la sequía» y anticipó «una cosecha compleja» de soja, maíz y girasol.
Sarquís sostuvo que la lluvia del fin de semana «fue un paliativo», y recordó que «hay zonas más afectadas que otras» porque «la provincia de Buenos Aires es un país dentro de un país, con más de seis regiones bien diferenciadas en forma agroclimatológica y geopolítica».
Durante el fin de semana se registraron lluvias de entre 30 y 50 milímetros en el norte, nordeste y sudeste bonaerense, aunque los productores consideraron menor el impacto ya que comenzó la cosecha en vastos sectores.
Las precipitaciones alcanzaron registros de 27 milímetros (mm) en Chivilcoy, 37 mm en Chacabuco, 25 mm en Alberti, 30 mm en Pergamino, 10 mm en Salto, 35 mm en Suipacha y 30 mm en 25 de Mayo. En Mercedes cayeron 50 milímetros, y 49 mm en General Belgrano, 23 mm en San Antonio de Areco, de 20 a 25 mm en Balcarce y de 6 a 40 mm en el partido de Tandil.
«Vamos a tener una cosecha compleja. Uno tiene que ser muy cuidadoso cuando habla de estos temas como los de las emergencias, porque cuantificar una sequía es mucho más difícil que estimar el daño de una inundación, y hay que ser muy preciso», aseveró Sarquís en diálogo con la agencia estatal Télam.
El ministro, por otra parte, indicó que en el transcurso de esta semana se convocará a la reunión de la Comisión de Emergencia Agropecuaria.
La comisión es la encargada de proponer al Poder Ejecutivo la declaración de emergencia agropecuaria de la zona afectada con delimitación del área territorial a nivel de partido o sectores del partido, cuando factores de origen climático, telúrico, físico o biológico afecten la producción.
En ese sentido, Sarquís dijo que «se está recibiendo la documentación de los municipios que la solicitaron», y enfatizó que «el 35% de las áreas cultivables de la provincia bonaerense tiene un grado de afectación».
«Esto es desde lotes perdidos hasta los que se hasta el momento se pueden recuperar si llueve lo necesario»
Por último, indicó que «lo primero a considerar es que el cambio climático vino para quedarse. Habrá condiciones climáticas adversas con mayor frecuencia».
El balance provisional de los economistas agropecuarios ronda una caída cercana al 30% en el rinde de la cosecha gruesa y pérdidas estimadas en 1.600 millones de dólares.
En efecto, los productores esperaban una cosecha gruesa (soja, maíz y girasol) cercana a los 40 millones de toneladas, pero en la última semana, según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y Rosario, las expectativas cayeron a 28,5 millones. Se trata de un recorte del 28,5%, siempre y cuando comience a llover. De otro modo, en las próximas semanas el panorama podría ser aún peor.