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«Practica buceo interior», por Isabel Muñoz Marcos

Locales

“Quien mira hacia fuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta” -Carl Gustav Jung-

Bucear en el agua es un deporte de riesgo menor, pero bucear dentro de uno mismo, puede ser riesgo extremo, el famoso autoconocimiento, el hecho de enfrentarnos a los miedos que nos invaden, reconocer esas facetas profundas que conscientemente desconocemos, esa reacción que sobreviene y nos sorprende _ “no era yo”_

Si, eras vos, pero no el ser que existe en la superficie, no el que actúa en una sociedad que se nutre de apariencias, y, entonces, debes aparentar, fuiste ese “yo” que salió del rol que premia socialmente, y por un instante el desconocido “yo” interior salió impulsado por una emoción.

 Por eso es necesario conocerse a uno mismo, bucear en nuestro interior, hacer un instante de introspección (del latín introspicere, “mirar hacia adentro”) diaria para lograr que ese “yo interno” mantenga cierta estabilidad y no llegue a tener consecuencias negativas, como  salir impulsado por emociones violentas

Cuando hablamos de reconectar con nosotros, nos acercamos a la idea de introspección, de un buceo a lo más profundo de nuestro ser, en un mundo lleno de ruidos, de gente con prisa, de estrés pandémico, hallar un espacio y un lugar para dedicarnos a nosotros (y a nuestra salud espiritual) es indispensable ( y no tiene precio)

El concepto de introspección es y fue gestionado desde la filosofía y la psicología, hacer que el sujeto se revele y observe a sí mismo, en el siglo XVI se lo consideró como “conciencia reflexiva” (un tal Descartes)

La práctica de la introspección comienza por el acto de prestarse atención, de escucharse, detener la prisa que no nos lleva a ninguna parte y examinarnos por dentro, reconectando con la respiración, con cada uno de nuestros órganos, nuestro cuerpo físico y nuestro cuerpo espiritual;  ir observando y reconectando con lo que sentimos y lo que percibimos, atrevernos a cuestionar nuestra realidad tal y como la estamos viviendo y dirigirnos hacia la autonomía emocional  y la autocrítica sin ser reacios a lo que pueda disgustarnos de nosotros mismos, ese “buceo interior” nos empoderará, nos ayudará a discernir qué es lo bueno para nosotros, y cómo podemos transformar situaciones difíciles a las que nos enfrentemos sin dejar de avanzar. Ese buceo interior nos dará herramientas para enfrentar cuestiones que NO se pueden cambiar, nos hará libre de muchas “ataduras” inútiles.

Es un método muy útil para acercarnos a nosotros mismos, no es la clave secreta de la felicidad ni mucho menos, pero, proporciona la base hacia la estabilidad personal, nos permite la exploración más profunda de nuestro ser y la posibilidad de comenzar a respetarnos, a conocernos, a amarnos y aceptarnos tal como somos, y recuerden, solo hallando lo mejor de nosotros podremos darle lo mejor a los demás.

 «Cuando pierdes contacto con la quietud interior, pierdes contacto contigo mismo. Cuando pierdes contacto contigo mismo, te pierdes en el mundo»._ Eckhart Tolle 

Muñoz Marcos Isabel

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