“Que la gente sepa que lamentablemente me siguieron complicando la existencia”

A un año del día en el que gracias a la gente y la intervención judicial, la mona Laiza regresó a su hogar, siguió corriendo agua bajo el puente. El pago de una multa por 5.500.000 pesos.

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LA HISTORIA

La historia de Laiza y María José recorrió no sólo los medios de comunicación locales sino que llegó a nivel nacional hasta el día que lograron recuperarla a partir de una resolución judicial.

No está de más recordar que hace 25 años, María José Malizia y su esposo rescataron a la mona carayá, en el Chaco, cuando como consecuencia de la desforestación había perdido a toda su familia.

El año pasado, tras 24 años de convivencia, a partir de la denuncia de un vecino, personal de la Dirección de Prevención Ecológica y de Sustancias Peligrosas realizó un operativo en el que a partir de lo establecido por la Ley de Fauna, la trasladó a Temaikén.

Para Laiza, su estadía deben haber sido días de angustia. Se negaba a comer mientras la familia y sobre todo María José, luchaba a brazo partido por recuperarla.

Se juntaron firmas, contrataron un abogado, judicializaron la causa y lograron el objetivo. Laiza regresó con la familia que la había rescatado y salvado su vida.

Ella hoy está bien y así lo muestran las fotografías sacadas ayer mientras abrazaba a un cachorro recién llegado a su hogar.

Pero no todo terminó allí, María José tuvo que hacer frente a una multa fijada por el Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia de Buenos Aires, de nada más ni nada menos que de 5.500.000 de pesos.

“Si no pagaba, iba a haber un embargo. Saqué la plata bajo tierra y ya pagué la última cuota. No crean que me dieron a Laiza y todo terminó ahí. Y quiero que se sepa”, relata a Junin24.

Por eso es que en los próximos días, siempre con el cuidado y atención que Laiza merece, se la podrá volver a ver aquí, en Junín, junto a María José, para profundizar en la problemática a la que hacen frente sólo por el simple hecho de haber salvado a la mona carayá, de una muerte segura.

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