Por: José Bruzzone, concejal Unidad Ciudadana.
Mauricio Macri ha decretado la muerte de lo poco del aparato productivo que queda en Junín. Lo que te pasa como juninense, te pasa en tanto argentino. Y el presupuesto 2019 que se acaba de votar en diputados es una condena a muerte para toda la producción nacional.
Ni una sola de las políticas que votaron sin debatir los diputados de cambiemos y que apoyaron sin explicar muchos diputados que defraudan su mandato, está orientada a resolver tus problemas
En 2019 no se va a recomponer tu salario, ni se van a volver razonables las tarifas de la industria, ni bajarán los costos de producción para los pequeños productores agrarios. No bajará la voracidad de la Afip, ni la de ARBA. Aumentará, sí, la del municipio, cuando tenga que llenar los agujeros que le dejan nación y provincia.
Te van a decir que es inevitable, que no les queda otra. Que se robaron todo. Y es ahí donde te van a hacer cómplice. Porque creerles, o no creerles, ¡SÍ depende de vos!
Apenas lo pienses un poquito, vas a notar que el único objetivo de este presupuesto es liberar el saldo suficiente que les permita pagar deuda externa ¿Y por qué? ¿Por que honran sus deudas? ¡NO! ¡Porque necesitan borrar los rastros de la deuda que generaron para fugarla (eufemismo con que se designa al afano que perpetra el «poder financiero» -eufemismo, a su vez, del Poder Ejecutivo Nacional ejercido por esta segunda alianza cambiemos-).
En Junín el 2019 viene complicado. Con menos salario real para los empleados públicos, privados e informales; viene con más desempleo y con menos obra pública. Y como los juninenses no nos entregamos, 2019 viene con muchísimo conflicto social.
La cara de «Yo, argentino» del intendente, en mi opinión, ya no resulta suficiente. Si este desastre económico es lo que obtuvimos del alineamiento de Petrecca con el «Macri gradualista», me asusta pensar lo que les va a exigir a los genuflexos este «Macri ajustador».
Te preguntarás ¿les queda alternativa? ¡Por supuesto! La última vez que aceptamos pagar sin revisar la deuda nos pusimos una soga al cuello que nos duró hasta 2004. Revisar la deuda; reequilibrar la carga impositiva aliviando a los más castigados y obteniendo más de los beneficiados (los bancos); recomponer salarios y jubilaciones y asignaciones; adecuar tarifas para que la producción vuelva a arrancar. Pagar deuda solo cuando sobre del plan de desarrollo nacional. «Los muertos no pagan deuda», dijo una vez Néstor Kirchner, a quien extraño más que hace ocho años.
No es una utopía. Kirchner lo hizo en 2003. ¡Vos lo viste! ¡Vos lo aprovechaste!
Los sermones sobre paraísos a alcanzar luego de haber sufrido mucho mucho están muy bien para las iglesias. ¡Pero iglesia y Estado son asuntos separados! Aún en Junín, donde… bueno.
2019 no trae de auspicioso más que la necesidad de resistir. La rebelión fiscal ya no es una opción militante, ¡es una necesidad! ¡si los comerciantes tienen que elegir entre pagar impuestos y tarifas o mantener abierto! Lo que queda del ahorro se está acabando. El crédito se agota. Resistir, ahora, ya no es una opción, ¡es una necesidad!
Lo que sí es una incógnita es el CÓMO. ¿Bajo qué forma se dará la resistencia? ¿Será anárquica otra vez? ¿Impredecible? ¿O el Intendente por fin se pondrá al frente de las necesidades de los juninenses y llevará nuestros reclamos a Buenos Aires? Si alguien cree que eso no está entre sus atribuciones, observen a la Intendente de La Matanza o al Intendente de Pehuajó, que les toca bailar una música aún más fea y nunca dejan de representar a sus vecinos ante la arbitrariedad del presidente y la gobernadora.
Lo que nosotros necesitamos ¡ES QUE NOS DEVUELVAN EL TRABAJO! Y por eso vamos a pelear. No queremos más juninenses enfermos por la desesperación, no queremos más desocupados, ni más endeudados, ni más empobrecidos. No aceptamos que los usureros se queden con lo poco que se trabaja.
A cambiemos nadie le cree más. Es falso que no hay alternativa. DEVUELVAN EL TRABAJO A LOS ARGENTINOS y todo se soluciona. Aún están a tiempo. Escuchen a los Juninenses y las cosas estarán mejor. Es el propio sistema democrático el que está en juego.