Es constante el reclamo de víctimas de ilícitos, que toman contacto con Junin24, contando sus historias. Y la coincidencia se reitera. Les roban las motos, radican las denuncias, en la desesperación lógica tratan de recuperarlas, investigan, recorren calles buscando cámaras privadas, llegan a identificar el domicilio en el que las escondieron e inclusive el nombre del presunto delincuente. Todo lo aportan a la policía. Y más allá de los riesgos serios que corren asumiendo un rol que debería ser exclusivo de las fuerzas de seguridad y la justicia, nadie les da respuesta. Tienen la sensación “que nadie las recupera”. “Es como si a nadie le importara”.
EL 3 DE OCTUBRE
El 3 de octubre a las 2:18 de la madrugada, un delincuente solitario llegó a una vivienda ubicada en calle Borges entre Sanabria y Vuelta de Obligado, rompió una puerta, entró y en apenas unos segundos salió empujando una moto. “Había dos motos, una al lado de la otra. Y se llevaron la mía” relata a junin24 la víctima del robo. Es una Honda Wave roja, que tiene –o tenía- la patente colocada, A 17 0ZJG.
La denuncia se radicó y “nunca tuve respuesta. Hablé hasta en la Secretaría de Seguridad. Y nada. Conseguí yo primero las cámaras. Antes que la Policía. Ni siquiera iban hasta el lugar sabiendo que hay una cámara enfrente”. La búsqueda fue incesante. Es más, explica, “actué primero yo. Quise ir al Centro de Monitoreo para poder ver las cámaras pero te atienden desde la puerta y te dicen que sólo la policía puede ver las cámaras”. Pasaron 11 días y sigue esperando.
ESCRUCHE
Otro “clásico” de la inseguridad son los “escruches”. En las primeras horas tarde de hoy sábado, autores desconocidos violentaron la puerta de un domicilio sito en calle Camino del Resero, a metros de la intersección con calle Alte. Brown, ingresaron y se alzaron con cuanto elemento de valor encontraron a su paso. En el domicilio no estaban los moradores y fue uno de ellos el que pasadas las 13:30 llegó como todos los días luego de una mañana de trabajo y se llevó la peor de las sorpresas. Desde prendas de vestir hasta una garrafa. Habían desaparecido. Acto seguido el habitual llamado al 911, la presencia de un patrullero, la denuncia en sede policial, el trabajo de Policía Científica levantando rastros y el inicio de una causa. Ahora solo le queda reparar el daño en la puerta y esperar.