Hace quince años que se había quedado masticando las ganas. Por aquel entonces, junto a Claudio Pini, Gustavo Hernández había formado Logísitca, un equipo particular, que se entrenaba en el Complejo San Martín, pero que no logró sobrevivir a la falta de apoyos económicos y a la ausencia de una institución a la que representar y de la cual tener respaldo.
Por eso se tiró de cabeza cuando a finales del año pasado se presentó la oportunidad de llevar el handball a Rivadavia de Junín y en tan solo algunos meses logró nutrir los planteles masculino y femenino de Primera División.
«Nos volvimos a encontrar con Claudio Pini y pensamos en lo lindo que sería armar un equipo. Nos dimos cuenta que, a nivel competitivo, no había handball en Junín», le contó a Junín24 Gustavo Hernández, entrenador de Las Águilas y Los Cóndores, que están próximos a empezar a competir de manera oficial.
Y agregó: «Hoy en día tenemos chicos y chicas que ya están formados técnicamente, porque en el CEF se dio mucho tiempo handball. Más allá de eso, no tienen roce de competición y ese es el desafío que tenemos por delante. También UNNOBA tiene, pero cerrado a las competiciones universitarias. Siempre hago esa distinción entre el handball recreativo y el de competición».
En una visita a Suipacha, para presenciar el Super-4 de la liga que rige la AsAmBal (con sede principal en Chivilcoy), Gustavo Hernández notó que también en las localidades de la región resultaba toda una rareza que una ciudad como Junín no contara con equipos para competir de manera federada.
Es por eso que ya están embarcados en ese viejo sueño del DT, nuevo para sus jugadores y jugadoras, de representar no solo a Rivadavia sino también a toda una ciudad: «Empezaríamos a competir en la AsAmBal, que tiene equipos de Chivilcoy, Chacabuco, 9 de Julio, 25 de Mayo, Tapalqué, Suipacha… Hay un nivel lindo y tienen dos tipos de competencia: la Liga, que se divide en Torneo Apertura y Clausura, y la Copa AsAmBal, que es un torneo aparte, en el que no tenés competencia todas las semanas y es donde entran los equipos más nuevos, con menos roce. Nosotros vamos a empezar jugando esa Copa. Todos los equipos tienen femenino y masculino», señaló el DT.
Precisamente en relación al handball femenino, que en Rivadavia llevará el nombre de Las Águilas, Gustavo Hernández destacó que ha tenido una explosión incluso mayor a la del masculino: «Tenemos cerca de 30 chicas, un grupo re lindo. Seis o siete que jugaron de chicas y tienen buen nivel técnico, también algunas jugaron en UNNOBA. Las demás han jugado a nivel escolar, pero es un gran grupo».
El entrenador destacó también la importancia de plantar la semilla que haga crecer al deporte en Junín y es por eso que desde abril comenzará a funcionar también una Escuelita. «Desde mi punto de vista es un proyecto inmenso y eso también depende de mucha gente que acompañe», agregó.
Siempre en pos del crecimiento, la idea es también nutrir a la ciudad de una asociación propia: «Estamos en trámite, todavía no hemos dicho mucho.Queremos formarla con un club y utilizarla no para competir sino como un medio de difusión, de dar cursos y capacitaciones a los profes de educación física para que puedan volverse entrenadores».
EL ENCUENTRO QUE NO FUE
Para este sábado estaba previsto un gran evento, en el que Cóndores y Águilas presentarían su plantel y nuevas camisetas, además de recibir la visita de un equipo de amplia trayectoria como Belgrano de San Nicolás, con el foco puesto también en tener un parámetro del nivel en el que se encuentran hoy las dos plantillas de Primera División de Rivadavia.
Las medidas de prevención dispuestas a nivel nacional, provincial y municipal a causa del avance del coronavirus terminaron por suspender dicho encuentro, sin fecha de reprogramación estimada.
UN LLAMADO A JUGAR
El propio Gustavo Hernández, un verdadero apasionado del handball, le contó a Junín24 cuáles son esas características que hacen a este deporte único en su especie e invitó a que se sigan sumando jugadores y jugadoras a Rivadavia.
«Una de las cosas que destaco es el sentido de pertenencia. Es impresionante, tiene mucha fuerza, porque hay mucho roce y mucho compromiso. En el handball, los seis que atacan son los mismos seis que defienden. Eso hace a la solidez del grupo. El que erró el gol adelante, después está haciendo la ayuda en defensa».
Por Juani Portiglia