Los propietarios de Bracchi Collezioni no sólo fueron víctimas de un robo millonario, hoy también se sienten moralmente estafados.
Todo haría presumir que la autora del ilícito o principal sospechosa habría sido una ex trabajadora del local que, se presume, a lo largo de meses –por no decir años-, se habría estado apoderando de todo tipo de prendas, las que luego habría comercializado en un domicilio de calle Julio Campos al 250.
Un dato cuanto menos llamativo es que la sospechosa, el lunes al mediodía, tras cumplir con su horario habitual de trabajo, se retiró.
En ese mismo espacio de tiempo se estaba realizando un allanamiento en su domicilio, al que al menos mientras estuvieron presentes la fiscal, funcionarios judiciales y policiales, nunca llegó.
A partir de ese momento no volvió a presentarse en su lugar de trabajo.
LA SUSTRACCIÓN
De un tiempo a ésta parte, la familia Bracchi comenzó a notar ciertas irregularidades relacionadas con falta de mercadería, si bien nunca habrían sospechado lo que estaba ocurriendo a sus espaldas.
No hace muchos días, un allegado a los comerciantes, les habría comentado que en un domicilio de calle Julio Campos, una mujer relacionada con la Empresa, estaría comercializando prendas del estilo que ellos vendían.
Antes de radicar la denuncia en la justicia, habrían tomado los recaudos del caso y tras constatar las anomalías, se presentaron ante las autoridades.
La causa recayó en la fiscalía de turno a cargo de la Dra. Vanina Lisazo, quien actuó rápidamente y solicitó al Juzgado de Garantías, una orden de allanamiento en un inmueble de la calle Julio Campos, presuntamente domicilio de la ex empleada.
Cuando funcionarios policiales y judiciales accedieron al lugar, no podían dar crédito a lo que estaban viendo.
No menos de doscientos trajes, camisas de reconocidas firmas, decenas y decenas de corbatas, chalecos, tapados, vestidos de alta costura, pret a porter, sacos, cajas con calzado, camperas, pantalones tanto para dama como para hombres.
Tal cantidad de mercadería secuestró la justicia que fue necesario utilizar dos camiones para su traslado.
Ya en la tarde de este martes, la familia Bracchi volvió a ver cómo recuperaban parte de lo sustraído teniendo en cuenta que es muy posible que otra importante cantidad ya haya sido comercializada.
La causa inicial es por “hurtos reiterados” y pesa sobre una mujer la imputación.
Quedan muchas preguntas todavía como por ejemplo, establecer de qué manera eran sacada la ropa del local ubicado en pleno centro de Junín y de ser posible cuándo habría comenzado el “robo hormiga”.
Pensando que en el mercado un traje de hombre, de firmas reconocidas supera los 30.000 pesos, sólo en los recuperados hay que hablar de unos seis millones de pesos.