Sarmiento conquistó la Copa Ciudad de Venado Tuerto mientras calienta motores para una nueva temporada en AFA

La pretemporada XL que planteó un calendario que puso en espera el inicio de la Primera B hasta finales de abril por fin trajo fútbol formal para Sarmiento, una dosis de adrenalina siempre necesaria para activar expectativas y mantener altas las dosis de competitividad. La Copa Ciudad de Venado Tuerto que el equipo que conduce Mariano Vila disputó este fin de semana en el sur santafesino también fue clave para comenzar a afianzar grupo, con dos días de convivencia y pelota que promovió el conocimiento tanto dentro como fuera de la cancha. Celebrar, como se terminó celebrando con trofeo en el aire tras la final ganada este domingo 2-0 a la Reserva de River, siempre es saludable sin distinción de lo que si está en juego es un certamen oficial o de carácter amistoso.

Las Maestras jugaron su primer partido el sábado ante Sportivo Rivadavia y consiguieron una victoria 7-1 que las catapultó de manera directa a la final en la que ya esperaban Las Millonarias, que en el primer turno habían derrotado 9-0 a Babilonia, club organizador. Martina Caffaro, Sofía Lagraba y Melanie Berdesegar, tres futbolistas que reforzaron al plantel este año, se dieron el gusto de convertir. También marcaron Keila Espíndola, Francesca Álvarez, Victoria Illanes y Giovana Varales.

Ya el domingo, en un partido que representó una prueba de exigencia real para que el cuerpo técnico pueda elaborar sus primeras conclusiones de cara a la competencia oficial, fue victoria 2-0 ante el plantel de Reserva de River, con goles de Victoria Illanes y Keila Espíndola, quienes terminaron como las máximas artilleras del Verde en el certamen.

En total, Mariano Vila llevó 20 futbolistas convocadas para disputar el cuadrangular, de las cuales todas pudieron sumar minutos a excepción de Rocío Lamelza, que acudió como tercera arquera y muy probablemente será titular este miércoles ante Villa Belgrano, por los cuartos de final del Nocturno 2025 de la Liga Deportiva del Oeste. En ambos partidos el DT repitió alineación oficial con  Selena Wilson; Melanie Berdesegar, Danna Acevedo, Luisina Garrido, Agustina Goncebatt; Sofía Ledesma, Sasha Zapata, Giovanna Varales; Victoria Illanes, Martina Caffaro y Constanza Díaz. Además tuvieron participación Macarena Romero, Keila Espíndola, Lara Gómez, Sofía Lagraba, Dalma Lucero, Morena Culaciati, Sofía Bonaterra y Francesca Álvarez.

Protagonistas

Victoria Illanes, futbolista sanjuanina que inició su tercer año con Sarmiento en AFA, aportó dos goles al equipo en el Cuadrangular que se disputó en Venado Tuerto, uno de ellos para abrir el marcador en la final ante la Reserva de River. «Si bien es verdad que el gol no es mi principal característica, es algo que me propuse para este año. El cuerpo técnico me da confianza y de mi parte es algo que me pone feliz, me enorgullece. Poder aportar muchos goles este año para ayudar al equipo también es una meta«, manifestó al respecto la jugadora que tuvo paso por San martín de San Juan, San Lorenzo y la Selección Argentina en juveniles.

«Quiero agradecer a Babilonia, el club organizador, porque vivimos una experiencia muy linda. A nivel de grupo, con las chicas que llegaron como refuerzo y el nuevo cuerpo técnico, fue un gran aprendizaje y la oportunidad de conocernos más entre nosotras, agarrar confianza y empezar a plantear para qué estamos. Hay mucho talento, mucho potencial. También errores por corregir, pero hay mucha confianza de lo que se puede hacer este año», comentó sobre la estadía de Las Maestras en el sur santafesino.

Y en referencia específica a la final con River, agregó: «Las chicas eran muy buenas y fue lindo poder jugar ese partido. Fue un amistoso, pero lo tomamos como una final porque queríamos volver a Junín con la misma alegría con la que fuimos a Venado. Fue aprendizaje, fue un equipo tácticamente superior, pero nosotros fuimos a buscar ese resultado y lo sacamos adelante».

Sasha Zapata reforzó al equipo este año tras colgarse el cartel de especialista en ascensos con Talleres de Córdoba, equipo del que fue parte fundamental en su estreno fundacional en el fútbol de AFA consiguiendo el ascenso desde Primera C a Primera B y con el que la pasada temporada se dio también el gusto de ascender a la máxima categoría del fútbol argentino. Tuvo, en sus primeros partidos con Sarmiento, el privilegio y la responsabilidad de llevar la cinta de capitana, prueba de la importancia que tenía su arribo para el nuevo cuerpo técnico.

«Fue una sorpresa ser la capitana del equipo. Estoy muy agradecida y lo tomé con la responsabilidad y el orgullo que se debe tomar una cinta tan importante. Estoy feliz por eso y por poder siempre brindar algo desde donde sea», dijo respecto a esa distinción. Y sobre sus sensaciones futbolísticas, agregó: «Era la primera vez que me ponía la camiseta de Sarmiento. Soy una persona muy autoexigente y siempre tengo algún detalle en el que quiero mejorar. Pero haciendo un análisis completo de lo que fueron estos dos primeros partidos, estoy conforme con mi rendimiento y lo que pude dar al equipo«.

La cordobesa, que también tuvo paso por Belgrano y Universitario, se refirió también a sus primeras semanas de adaptación en Junín: «La estoy llevando de a poco, porque es un nuevo equipo y una nueva ciudad. Intento hacerlo de la mejor manera, adaptándome físicamente y también a un nuevo modelo de juego, al punto de vista de un técnico nuevo. Hay un grupo humano que hace que todo sea un poquito más fácil. Son muchas las expectativas para este año. No me gusta hablar de objetivos porque falta mucho, pero estamos seguras de que tenemos con qué ir a buscar lo que todas queremos».

En relación a su primer fin de semana de fútbol con Las Maestras, la mediocampista destacó: «Me dejó muy buenas sensaciones, tanto por lo que fue compartir el fin de semana con el grupo, las comidas, los viajes; como también por lo que se vivió en la cancha. Se notó un grupo unido, que dejó todo desde el primer minuto. Se notaba la ansiedad por ser los primeros partidos, por ponernos la ropa de juego que para varias era la primera vez. Ya teníamos muchas ganas de competir, porque cuando una sabe que tiene una pretemporada tan larga por delante, estos partidos dan ese plus. Estamos muy ansiosas por arrancar el torneo, aunque sabemos que todavía falta».

Melanie Berdesegar volvió a Sarmiento para quedarse tras la prueba que había realizado en 2022 en la que había hecho sobrados méritos para ganarse un lugar que finalmente no tuvo. Lejos de bajar los brazos, arribó a Gimnasia y Esgrima de La Plata, donde fue parte importante del plantel de Reserva y se dio el gusto también de estrenarse en la máxima categoría del fútbol argentino. Toda la experiencia que ganó en esos tres años la puso ahora a disposición de un nuevo plantel, donde ya no quedan tantas de las que conoció aquella vez pero sí el mismo deseo de trascender.

«Me sentí muy bien. El grupo te ayuda a confiar en una misma y en el equipo como un todo. Ya venimos trabajando hace semanas y eso ayudo a ganar confianza. A la hora de los partidos estaba muy tranquila, segura que íbamos a hacer un buen cuadrangular. En los dos partidos que jugamos, siento que  pude aportar tranquilidad a la hora de jugar y ser siempre una opción de ataque más, incluso jugando de 3. Trato de siempre poder ayudar al equipo a avanzar para poder proyectar una buena jugada de gol», dijo sobre su producción en Venado Tuerto.

Y sobre el trabajo de pretemporada que viene haciendo el equipo, agregó: «Venimos trabajando muy bien, muy intenso y con un muy buen ambiente, buena comunicación entre todos. Nos estamos exigiendo y midiendo con otros equipos para lo que viene y para saber qué tenemos que mejorar como grupo y también individualmente. Me parece muy importante que podamos sumar más partidos antes de arrancar el torneo para saber donde estamos paradas nosotras y saber qué podemos llegar a dar».

La valoración del DT

Mariano Vila hizo hincapié en la importancia del cuadrangular que Sarmiento disputó en Venado Tuerto mucho más allá de lo específicamente futbolístico, ámbito que si bien sirvió para elaborar conclusiones en su opinión quedó en un segundo plano ante la posibilidad de poder hacer convivir a un grupo que está en plena formación. «Más allá del resultado final, que con el paso del tiempo pasa a ser algo anecdótico, el hecho de compartir dos días de convivencia fue lo más positivo», remarcó.

Y agregó: «Después, poder ver que las jugadoras llevan a la cancha muchas de las cosas que pretendemos como cuerpo técnico es importante. Hay muchísimas cosas para mejorar, pero la sensación de que lo que transmitís va llegando es importante.