Hace unos días celebramos el 8M, en medio de una pandemia que nos delimita, en medio de luchas que aùn no terminan, en medio de femicidios que nos restan.
Como eternas luchadoras a través de la historia, hoy, las mujeres se encuentran al frente de la batalla contra el Covid-19, como trabajadoras del sector de la salud, como científicas, como médicas y cuidadoras; como operadoras de emergencia, como enfermeras, una vez más, el “sexo débil” pone su fuerza al servicio del Otro
Las mujeres han estado siempre presente en la historia, donde más que hacerla, la padecían, eran sus accesorios, los elementos pintorescos y decorativos, sus víctimas lastimosas o sus servidoras perversas.
Pero esta dinámica ha ido cambiando, y, desde hace ya un tiempo, las mujeres, sobre todo las más jóvenes, son las que se organizan en distintos movimientos a favor de la justicia social, la igualdad, la lucha contra el cambio climático, y la mayor de las luchas, la concientización para la prevención del cáncer de mama, mujeres coraje sobrevivientes de una realidad no tan rosa, se armaron de valor, y, calzando su armadura se presentan en todas partes del mundo. aceptando a ser una parte activa de la lucha contra el cáncer.
La grandeza radica no solo en la actitud de la lucha, sino en la capacidad de resurgir y de levantarnos. Porque si algo sabemos es de cómo sacar toda la fuerza interna y el potencial para no rendirnos y continuar hacia adelante.
Fuertes, menos fuerte, débiles, sumisas, todas en batalla desde su propio frente, y, a todas se nos van cayendo fragmentos de ilusiones en el camino de la vida. Deseos no cumplidos. Sueños que solo se realizan durmiendo.
A todas nos atraviesan mismas emociones, y todas las manejamos de modo diferente
Hemos amado sin ser amadas, hemos dado sin recibir, hemos esperado ansiosamente algo que nunca ocurrió ni va a ocurrir jamás
Hemos sufrido ausencias, y, en algunos casos, hemos padecido “presencias”
Tristezas.
Desengaños.
Partidas de esas personas que se nos adelantaron, para el cual no estábamos preparadas, pero, cuan ave Fènix, volvimos a desplegar las alas y retomamos el vuelo de la vida, asumiendo que es parte de ella.
Algunas hemos parido y eso no nos hace ni más mujer, ni mejores madres, hay mujeres que no pueden traer un hijo al mundo con su cuerpo, pero si saben darle vida, amor, y, eso, hace una madre, una mujer que decidió serlo
Algunas decidieron dar ese salto al vacío que las conduce hacia ellas mismas, otras, dudan, temen, y no por eso son cobardes, solo tienen otros tiempos
Otras van por la vida en la eterna búsqueda de “algo” para que no “duela”
¿…? ¿Que no duela?
Amar duele. Perder duele. Decir adiós duele .La vida duele.
Y está bien que nos permitamos sentir el dolor y no cargar con la culpa por no poder ser feliz
Vivimos una época bombardeada por la exigencia de ser feliz, de ser joven y hermosa, de sonreír todo el tiempo. El “deber” de serlo es una presión más, una obligación que nos lleva a sentirnos responsables por no tener una vida exitosa, por no ser tan bellas o no ser tan joven, y, doblemente culpables si estamos atravesando el dolor
Asumir el dolor, transitarlo, asumir tus heridas, te ayudaran a sanar
Trabajar en ti, en tu interior, enfocarte en lo que eres auténtica, darles el espacio que reclaman, tanto al dolor como a las emociones, no negar, no fingir, aceptarte como sos
NO es un delito sentirse mal, no eres débil ¡estas viva!
Puedes pedir auxilio, pero no pidas que caminen por vos, es tu camino, debes desandarlo, como puedas. Eso es vivir, y la vida es hermosa, aunque, a veces, pegue
Hemos transitado caminos pedregosos a través de la historia
Fuimos quemadas. Fuimos apedreadas
Fuimos “ninguneadas” desde el código napoleónico hasta…hace unos días
El “sexo débil” (dejamos de serlo hace un “rato” en el diccionario)
Elegirte cada mañana es un éxito
Hallar en cada situación difícil un aprendizaje y no una derrota, te hará una heroína de tu propio destino
Se te cierra una puerta, dos puertas, empuja o pide las llaves, pero abre tu misma
Amarte te dará la herramienta fundamental para cuidarte, para no permitir que nadie ande por tu cuerpo con las manos sucias, ni merodee tu cabeza con intenciones dañinas.
Amarte es una vacuna para la dependencia y para no caer en relaciones desiguales que nos lleven a sufrir, donde el amor se convierte en un sufrimiento inútilmente doloroso. No se puede amar a “medias” pero muchas veces, se entrega más de lo que debería.
Amarte te dará la sana convicción que las “mariposas en la panza” no siempre revolotean de felicidad, y que a veces el “sin sentido” es lo que contiene “más sentido”
Por eso:
– Sé la mujer que siempre has deseado ser, nunca es tarde para conseguirlo, nunca es tarde para lograr ese “sueño” con el que siempre soñaste.
_ Sé la mujer que se mira al espejo sin reproches, sin críticas destructivas, recuerda que no viniste al mundo a competir sino a VIVIR
– Sé la mujer de tu vida y permite entrar en ella a quien merezca formar parte de tu aventura existencial: a quien te potencie, a quien te aporte luces y no sombras, a quien te valore y te permita crecer como persona.
– Sé la mujer que se permite reír cada día llena de esperanza, y no de temores. Camina tu sendero personal con seguridad
_ Sé la mujer que se permite ser débil, llorar, fracasar, caer que enfrenta sus demonios sin la culpa de que existan y que continúa caminando aunque le falta una pieza que jamás volverá a recuperar
_Sé la mujer que puedas ser, haz lo que te sale, que es mucho
Se la mujer de tu vida “Son nuestras decisiones las que muestran quiénes somos realmente, más que nuestras habilidades”. J.K. Rowling (1965)