Con el correr del tiempo, las ciudades se van transformando en lo más parecido a la “Casa de Gran Hermano”. Cámaras en las calles, en las empresas, en instituciones oficiales. Y si una característica tienen los locales en los que funcionan comercios de capitales orientales, es que se multiplican y están estratégicamente instaladas.
Por eso no pasó desapercibido un “cliente” que se detuvo entre dos góndolas y cuando creyó que nadie lo estaba observando, comenzó a esconder entre sus ropas primero un producto, luego otro. Generó sospechas entre los trabajadores del comercio que desde hace unas pocas semanas se inauguró en Roque Sáenz Peña entre Carlos Pellegrini y 25 de Mayo. La duda se convirtió en certeza.
Por razones obvias, el rostro fue pixelado por Junin24 si bien las imágenes originales resultan lo suficientemente nítidas como para que en las próximas horas se radique la denuncia en sede policial para dar inicio a una causa por hurto.
