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Sergio Olivera: “La justicia me acorraló. Estoy cansado de los delitos que sufro a diario con los caballos”

Locales

En las primeras horas de la mañana, cuando comenzaban a llegar funcionarios judiciales al edificio de calle Cte. Escribano, no entendían nada. Una carpa, un placebo, un hombre sentado junto a su equipo de mate, y a pocos metros un caballo. Estaba dispuesto a esperar el tiempo que fuera necesario hasta alcanzar su cometido. Que lo escuchen.

Sergio Olivera se instaló en la mañana de hoy lunes frente al edificio San José, donde funciona el ministerio Público Fiscal. Pide respuestas y sostiene que desaparecieron pruebas en una causa que oportunamente denunció. Allí le explicó a Junin24 porqué había tomado una decisión tan drástica.
“Cómo puede ser que se pierdan las pruebas y nadie haga nada” fue lo primero que expresó. “La justicia me acorraló. Estoy cansado de los delitos que sufro a diario con los caballos”. Es más, “uno aporta pruebas, los elementos necesarios para solucionarlo y cuando está todo, en fiscalía los pierden”.

COMO COMENZÓ SU HISTORIA
Hace dos años que “vengo teniendo problemas, con roturas del alambrado. Tengo un caballo padrillo de carrera -no es de los mejores-, pero es un caballo que brinda servicio por lo que yo cobro”, comenzó explicando Olivera. “Empecé a tener problemas con la destrucción de los alambrados, roturas en corrales y no entendía porque hasta que un día enganche una yegua adentro”.

Para ese entonces “ya venía hablando tanto con la Justicia como con Andrés Rosa” y un “día me encuentro una yegua adentro –de su predio-. Lo llamo a Rosa para que me mande una patrulla para que se lleven al animal que no era mío, pero no me responde, entonces llamo a Policía Rural y me dicen que no tienen carro, ni soga, ni alimento. Que no la pueden llevar”.

Olivera tomó la decisión de llevar la yegua a su casa “era la prueba del delito” y “al rato me empiezan a amenazar por teléfono. A decirme que me iban a matar los caballos, que me iban a prender fuego todo. Insisto con el Dr. Rosa, lo llamo, le digo que me están amenazando y que mande a buscar la yegua porque si venían, yo me iba a defender”, relata. “Encima que me rompen las cosas y me lastiman el caballo yo me tengo que esconder de estos delincuentes”.

Pero el secretario de Seguridad “nunca mandó nada. Me dejó a la deriva”. Y como lo había imaginado “se arma el problema. Fueron cinco personas. Uno con un cuchillo arriba del caballo, el otro-era el hermano- con un revólver en la cintura. Empezamos a forcejear porque se querían llevar a la yegua y yo les decía que esperaran a que fuera la Policía que se la lleven ellos y que ellos después la retiren donde corresponde”.

Del relato, la agresión, el momento en el que “me tiran una puñalada, de todo tengo testigos
Finalmente “se fueron y treinta minutos después hice la denuncia”. Y “termino yo con una perimetral porque se ve que deben tener contacto con Rosa. El funcionario municipal, “se la pasa haciendo operativos de prevención, que les saca el auto a un albañil o la moto al repartidor pero yo, que lo llamé por una verdadera prevención, nunca apareció. Me abandonó. Me dejó a la deriva” .“Pero acá tienen más derecho los delincuentes y como estoy cansado de pedir por favor, de mendigar, entonces me vine a exigir y acá estoy”.

Olivera explica que la problemática es clara. Él tiene un animal que da servicio por el que cobra y hay quienes le ingresan al corral en el que está el padrillo, las yeguas –previo romper. “Ellos me vienen robando los servicios”. La última vez que se repitió la historia, “llamé de nuevo a la Policía. Vinieron pero como no tienen elementos para llevarse a la yegua, , se lo devolvieron al mismo tipo, sin un papel. Sin nada y me hicieron creer que quedaba todo asentado en la causa .judicial- y me dieron el número de la contravención” que labraron. “Se me dio por seguir la contravención y descubro que lo que me dieron es una infracción a un hombre que dobló en U . Quisieron que la prueba se pierda porque el dueño de la yegua es un abogado”

Por eso es que ahora, “me vengo a fiscalía a reclamar. La prueba se pierde y es clave para la causa pero como hay un abogado del otro lado…” Lo que “me sucede es puro amiguismo. Porque la prueba se pierde y el único damnificado soy yo. El único que paga las consecuencias soy yo que soy un ciudadano común En este tramo de la entrevista, se sumó la Dra. Nuria Maltese, abogada y proteccionista, que acompañó la explicación de Olivera ya que en algún momento resguardó al padrillo, “por miedo a que le pasara algo. Puedo dar fue que lo que está diciendo es cierto, lo he visto, sé que es real. No sé qué criterio tienen en fiscalía pero es cierto que llevas las cosas y todo queda en la nada”. Por último, Sergio Olivera confirmó que su objetivo era “quedarme acá. Acepto si me dicen que se equivocaron , pero entonces, que solucionen el problema y no me dejen abandonado perdiendo las pruebas”.

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