Es lo que señala Cinthia Alonso que lleva dos días intentando que las autoridades policiales y judiciales actúen en consecuencia. A ella le robaron una yegua ayer y radicó la denuncia en fiscalía.
Con el correr de las horas le avisaron que su animal estaba frente al matadero, en inmediaciones del Barrio La Vaca y cuando informó en Comisaría Segunda, la respuesta que recibió fue que debía ampliar la denuncia y seguramente en 24 o 48 horas, en fiscalía adoptarían alguna medida.
Pero como explicaba hoy, para cuando ello suceda, “mi yegua va a estar lejos. Porque lo que hacen en robarlas para venderlas en haras donde las inseminan usándolas –para que se entienda- si fueran vientres alquilados. De acá se las llevan en camiones”.
A Cinthia, como muchas otras personas que conocen los manejos que existen con los ilícitos que se cometen a partir de la sustracción de animales, ya le han aportado información sobre todo de los lugares en los que se esconden los camiones para cargar a las yeguas. La historia de víctimas de ilícitos que intentan recuperar sus bienes y llegan a recabar datos, no reciben por parte de las autoridades la respuesta que necesitan. A menos de 48 horas de perder a su yegua, Cintia ya sabe cuál es el circuito y el procedimiento que los delincuentes utilizan en lo que llama “el comercio ilegal de animales. Y quiénes están detrás de los robos, también son nombres conocidos”.
Es más, “ya me dijeron que lo hacen constantemente. Hoy cargaron. Ya se robaron otra yegua más. Las llevan para receptoras o para el tacho pero se tiene que terminar. No puede ser que venga un camión de afuera, se lleve los caballos y nunca los paren”.
