Con tres goles de Pablo Magnin, Sarmiento le dió vuelta el partido a Quilmes, que lo ganaba desde el primer minuto del segundo tiempo. Triunfo 3-1 para El Verde.
Había que sacarse de la cabeza el tropezón en Belgrano ante Defensores, que había permitido a San Martin de Tucumán sacar ventaja de cuatro puntos en la cima de las posiciones.
Delfino lo propuso desde el buen pie, juntando a Pombo, Graciani, Quiroga, Fornari y Magnin para construir el ataque. El inicio, sin embargo, fue errático, con Sarmiento apostando a sacar la pelota por abajo, pero sin precisión en los intérpretes.
Tres perdidas consecutivas de Vismara llegaron incluso a alterar los nervios de más de uno en la platea. Quilmes agazapado, esperaba el error para construir ataques rápidos generalmente con conducción de Imbert.
A partir de los 15 empezó a domimar El Verde, con Quiróga y Graciani como los jugadores más picantes en el ataque, pero sin poder llevar peligro real al arco defendido por Ledesma.
Inquietó un cabezazo de Olivera de pique al suelo a los 35, que sin embargo contuvo abajo Ledesma sin problemas. Contestó Quilmes dos minutos más tarde, con un cabezazo de Imbert que salió besando el palo de Vicentini.
Sobre el final Graciani, que había sido mñde lo mejor de Sarmiento, tuvo que retirarse lesionado y fue reemplazado por Chávez. Y para salir a jugar el complemento Delfino metió su segundo cambio: Vázquez por Fornari.
Pero no se había disputado ni siquiera el primer minuto cuando Quilmes durmió al Verde con un gol de otro partido de Leandro González. Por suerte, lejos de acusar el golpe Sarmiento reaccionó rápido y lo empató a los 6′ por obra de Magnin, que anticipó a la defensa después de un buen centro de Castet y la mandó a guardar.
La noche del siete sería mágica. Con remate furioso puso el 2-1 y, pocos minutos después que a Quilmes le anularan el gol que hubiera significado el empate, se hizo cargo del penal que le cometieron a Quiróga para poner el 3-1 definitivo.
Antes del tercero, se había ido expulsado Vismara por doble amarilla, lo que motivó a Delfino a sacar a Chávez, que había ingresado por Graciani, y dar ingreso a Caviglia.
Fue un triunfazo para Sarmiento, que volvió a acortar a un punto la diferencia con San Martín a falta de que los tucumanos completen su partido.
