«Puede sonar raro, pero no me gusta mucho el deporte intelectual». Que lo diga la mejor ajedrecista juvenil que tiene Junín es un cachetazo a los estereotipos. Con 14 años, Sofía Bontempi es capaz de derribar cualquier preconcepto en la primera jugada. Fresca, con la sonrisa que se hace evidente atrás del barbijo cada vez que se le achinan los ojos, en lugar de presumir los muchos trofeos que reposan a sus espaldas elige compartir una anécdota de cada viaje, da cada torneo.
Si bien esta vez le tocará que la competencia sea desde casa, en el Mundial Virtual de Ajedrez que comienza hoy mismo para la categoría Sub-14 y se extenderá hasta el 15 con alrededor de 150 participantes, la asume con gran entusiasmo y con el deseo de dejar a Junín y a toda la Argentina bien representada.
Sos muy chica y a la vez tenés mucha historia para contar como ajedrecista…
-Y… Empecé a los 5 años. Ya jugué tres Argentinos. En dos salí segunda. En el primero que jugué estaba para salir primera, pero salió primera Abril. Yo a ella le había ganado, pero después me ganó la hermana, jaja. En el segundo, que ya era una categoría más alta fue mucho más complicado, porque jugaban algunas chicas que son buenísimas, que jugaron Panamericanos. Ahí salí cuarta o quinta. En 2019 otra vez pude salir segunda.
-¿Tenés el recuerdo de cómo y por qué empezaste a jugar?
-No sé por qué quise arrancar porque era muy chica y no me acuerdo. Yo quería arrancar a los 4 en realidad y no me dejaron porque era muy chica. A los 5 ya iba a empezar el primario y me llevaron con Celso Rissolo, que en ese momento le enseñaba a casi todos. Ahí empecé. Al principio se me había hecho muy fácil. Porque él obviamente me estaba enseñando a mover las piezas y yo ya sabía. Tal vez puede ser que haya querido empezar porque alguien en el jardín me haya dicho del juego, pero no te sabría decir.
-Pero si ya sabías mover las piezas, ¿es porque venías jugando al menos en tu casa?
-No. En mi casa nunca había tocado un tablero de ajedrez. Algo que descubrimos el anteaño pasado, que estuvimos buscando familia Bontempi en internet para ver de dónde venía mi interés por el ajedrez, fue que encontramos a un Bontempi que vive en Italia y es Maestro FIDE. ¡Buenísimo! De hecho el papá de mi abuelo vivía en Ancona y él vive en Ancona, así que algo tiene que haber. A veces nos comunicamos para que me de algunos consejos de ajedrez.
-¿Tenés grandes maestros o referentes?
-Supongo que los tres principales son obviamente Celso Rissolo, que fue el primero que me enseñó, y luego Oscar Facinelli, que vive en 9 de Julio y me enseñó muchísimo. Me ayudó un montón. Muchas cosas que él me enseñó las sigo haciendo, así que creo que influyó mucho en mi juego. Ahora tengo como profesor a Ramiro (Troilo) que hoy por hoy es el que más me ayuda. Ya como referente, obviamente tengo a Diego Flores. Me gustaría llegar a aprender muchas cosas que él sabe.
-¿Recordás un momento en el que tu familia se haya dado cuenta que lo tuyo con el ajedrez iba muy en serio?
-Creo que hubo dos momentos así. Cuando tenía 9 años y jugué mi primer Argentino en el que de hecho me fue bastante bien, porque salí cuarta y le empaté a una jugadora que había sido campeona argentina el año anterior. Ahí todos se quedaron como diciendo no puede ser, porque yo antes de eso no había competido tanto. Luego ya en 2019, que salí entre los primeros 10 en el Sudamericano. Creo que se sorprendieron bastante también, jaja. Y yo siento que mejoré bastante.
-Por lo que vas contando me da la sensación que las mejores jugadoras o las más difíciles de enfrentar siguen siendo ahora las mismas que cuando competías como Sub-10. ¿Es así?
-Sí. Siguen siendo los mismos. De las chicas más complicadas creo que sí. Por ejemplo hay una de Perú que es muy buena. Fiorella Contreras. A esa chica le tengo un montón de respeto la verdad. Me acuerdo una partida con ella que me dio una paliza, jaja. ¡Me barrió! Creo que son bastante buenas las peruanas sobre todo. Y las rusas también.
-No vas a jugar tu primer Mundial, pero sí el primero virtual. ¿Antes de la pandemia estabas acostumbrada a este modo de competencia?
-Siendo sincera, yo de chiquita no practicaba mucho, jaja. Por lo tanto no jugaba tanto de manera virtual. Hay un montón de compañeras mías que se la pasaban estudiando y jugaban mucho de manera virtual. Yo estuve siempre más acostumbrada a viajar y hacer todo de manera presencial. Me resultaba más cómodo. Todavía me sigue pasando que jugando virtual me enojo mucho.
-¿Y cómo te adaptaste? ¿Qué cosas tiene a favor?
-Lo bueno es que podés jugar con gente de otros países y conocer a un montón de personas. También que si el Mundial hubiera sido presencial tal vez no lo podía jugar, porque en la FADA a mí no me pagan todo, porque solo le pagan al que salió primero del Argentino. Por ahí te pagan el hotel y vos tenés que pagarte el viaje, que incluso es más caro. Entonces es medio un lio.
-¿Cuando fuiste al Mundial de Brasil cómo fue?
-Me lo tuve que pagar todo yo. Esa vez había salido primera Abril, entonces le pagaron una parte a ella. Igualmente fue re lindo, estuvo muy bueno. Fui con mi mamá, mi papá y mi profesor. Incluso tengo una anécdota de estar jugando una partida como de cinco horas. Había empezado a las cuatro y ya era de noche. Yo estaba muerta. La partida era para ganarle, pero me mató el cansancio y terminé empatándola. Creo que ese fue la partida más larga que jugué.
-¿Fue el torneo que más disfrutaste?
-Definitivamente. La comida riquísima, jaja. Sobre todo por eso. Tuve otros dos viajes que terminaron en desastre, ¡literal! Jaja.
-¡Necesito una anécdota del desastre!
-Jaja. Por ejemplo en Paraguay, el primer día que llegamos me fui a la pileta del hotel con una amiga. Yo no llevaba antiparras porque no abro los ojos abajo del agua. Entonces me choqué un borde de la pileta y me abrí toda la zona del ojo. Me llevaron al hospital, todo. Encima al otro día tenía que jugar. Estaba lastimada en la nariz, con puntos en la parte del ojo. ¡Tremendo!
-Y ahora, directo desde Junín, ¡La Momia!
-Jajaja. Encima mi mamá que no había viajado no estaba enterada de nada, porque si le decíamos se desmayaba, jaja. Fue tremendo. Fue horrible, jaja.
-Pensando en este Mundial, cuando hay tantos participantes que imagino a muchos ni conocés, ¿se puede trazar una expectativa o es imposible?
-Mi objetivo, viendo el tema del ranking y cuanto ELO tienen, que muchas veces tampoco es tan importante, es quedar entre los 50 mejores. Ya con eso soy feliz. Pero sí es muy difícil llegar a saber. Alguien que no tiene ranking te puede llegar a sorprender y te gana todas las partidas. Cuando fui al Mundial tenía 1700 de ranking que en ese momento era un montonazo por mi edad. Imaginate, terminé saliendo 28. Nada que ver. Muchas veces el ranking no influye tanto.
-Muchas veces se critica a la juventud, pero cuando hay jóvenes que se destacan en alguna actividad no reciben los apoyos que merecen. ¿Te molesta eso o es algo en lo que ni te ponés a pensar?
-Siendo sincera no pienso demasiado en esas cosas. Los que más lo piensan son mi mamá y mi papá que a veces se agarran tremendas broncas por la falta de ayuda. Hoy en día no me preocupa tanto porque no se puede viajar a jugar. Por ahí cuando era más chica me resultaba muy injusto que no se colaborara desde algunas partes. La Municipalidad, por ejemplo, si me ayudó a pagarme un viaje que tuve que hacer para un Sudamericano. Para nosotros es muy importante conseguir sponsors, porque es bastante caro viajar a competir. Hace poco me enfrenté a una ajedrecista Sub-10 de Estados Unidos y se nota el apoyo que tienen. También es importante el apoyo de la familia. Sin eso es muy difícil.
-¿Que cosas te gustan por fuera del ajedrez?
-Puede sonar raro, pero no me gusta mucho el deporte intelectual, ajaja. Obvio que el ajedrez me gusta, pero a veces prefiero hacer deporte físico. Hago paddle y ahora iba a empezar a ir al gimnasio también para entrenar un poco. No hay muchos ajedrecistas que hagan deporte. Sí es característico de muchos ajedrecistas que son timberos. Ahí yo sí entro también. Por ahí estoy jugando a las cartas con mi mamá y ya quiero apostar, jaja.
¿Cómo te va en el colegio? ¿A la hora de pensar en una carrera, buscarías hacerla coincidir con el ajedrez?
-En el colegio re bien. Creo que tengo buenas notas. Voy al colegio de la UNNOBA, ya volvimos a la presencialidad. Desde los 9 años que ya tengo en mente lo que quiero hacer después, jaja. Me gustaría estudiar ingeniería civil, porque me encanta la matemática y a la vez me resulta bastante fácil. Mi primo es ingeniero civil y desde que empecé a ver todo el tema me gustó bastante. Obviamente me gustaría seguir con el ajedrez, pero tal vez no tanto como ahora. Creo que llegado el momento le daría prioridad a la carrera. Yo tengo claro que no voy a salir una Diego Flores. Creo que no tengo ese don. Sí es mi pasión, algo que me encanta, pero no sé si lo seguiría haciendo profesionalmente. Hoy pienso que prefiero hacer una carrera universitaria. Muchas veces incluso si sos buenísimo no te garantiza nada.
Por Juani Portiglia