Sofía Montenegro no habla de Villa. En cada referencia, no le sale otra cosa que decir mi club. Anduvo unos días con el corazón roto y sintió o le hicieron sentir, a esta altura ya qué importa, que la mejor manera de superar la frustración que le generó un Nocturno que arrancó bien y no terminó como esperaba era mudarse de su casa. Probablemente hasta se haya desorientado la primera vez que armó el botinero y salió en una dirección diferente a la de toda la vida. Pudo completar tres prácticas en Sarmiento antes de sentir que pertenecía a otro lugar. Que allá le habían quedado cuentas pendientes que no se iban a saldar con otra camiseta.
¿Se puede ser referente de un club con 16 años? Toda la vida pensamos que no. Se lo hubiésemos discutido a cualquiera. Después pensamos que fue la única representante del club que se colgó la medalla de oro con la Selección de Junín en los Bonaerenses. Que lleva con orgullo la cinta de capitana en Sub-17. Que es la dueña de la 10 en Primera División. Que es la primera en mostrarle la sonrisa a cualquier jugadora nueva que se presente en un entrenamiento. Que no duda en tomarse un segundo de su tiempo para indicarle a una compañera dónde poner el pie para que la pelota tome la dirección deseada. Sofía Montenegro no habla de Villa. En cada referencia, no le sale otra cosa que decir mi club. No es que se sienta dueña. Es que no concibe un lugar mejor al que pertenecer.
-Una vez que terminó el Nocturno, ¿qué te llevó a decir necesito un cambio y voy a Sarmiento a ver qué pasa?
-Yo estuve un montón de tiempo pensando. Obviamente me re costaba dejar Villa, porque es mi club, lo quiero un montón. A la vez quería probar porque se estaban dando muchas posibilidades en Sarmiento, con AFA y todas esas cosas. Después pensé yo voy a estar en Sarmiento jugando en Liga. Y para jugar Liga me quedo en mi club. De última, si más adelante se llega a dar la posibilidad de hacer una prueba para AFA, ahí sí probaría. Pero esa es una decisión que tomé ahora.
-Entre ese ir y venir, en relación a las cosas que empezaste a pensar cuando ya estabas entrenando en Sarmiento, ¿hablaste con alguien que te aconsejó o que hizo que te terminaras de convencer de seguir en Villa?
-No, fue una decisión que tomé yo. Veía que no le ponía a esos entrenamientos que hice en Sarmiento el mismo ánimo que cuando estaba en mi club. Entonces dije no. Porque encima, si yo me quería comprar la ropa de entrenamiento y todo eso, iba a tener que hacer que mi familia haga un gasto al pedo cuando yo no estaba convencida. Yo estaba indecisa. Obvio que adaptarme me iba a llevar tiempo. Pero no quise, no me sentí cómoda. Y no porque no me gustaran los entrenamientos, porque estaban re lindos. Ni porque no me gustara el grupo, porque noté mucho compañerismo y conocía a muchas de las chicas. Fue por mí. Porque esos días extrañé mucho mi club. Entonces decidí volver.
-¿Te entusiasma ahora la posibilidad de buscar esa final que se les viene negando en Sub-17?
-Es que si vamos a la realidad, ahora tenemos otra posibilidad de poder llegar a la final. Vos pensá que Jose (Leonidas) y More (Moris) se fueron de Rivadavia. Keila (Espíndola) y Alegra (Lucci) se fueron de Newbery… Todas las chicas se fueron a Sarmiento. Entonces tenemos una oportunidad de llegar a esa final, que podría ser contra Sarmiento.
-¿Y cómo está el equipo de ustedes? ¿Perdieron jugadoras?
-Sí, a Cata (Rossani). Pero tenemos buen equipo. Del medio para arriba estamos bien y por ahí estamos más complicadas en la defensa, porque solo quedó Iris (Ayala). Nere (Acosta) y Celi (Rocha) no estaban yendo a entrenar, aunque seguro van a retomar. Y Lai (Simondet) que no se si puede seguir como refuerzo de Sub-17. Creo que sí. Y llegó Iara (Mansilla), llegó Nahiri (Díaz), que vino de Sarmiento.
-¿Te frustró que no llegara esa final el pasado Nocturno? Porque estuvieron más cerca que nunca…
-Claro, en un momento lo sentí así y lo sufrí. Pero a la vez yendo a Sarmiento yo misma me di cuenta que no me sentía bien como cuando estaba en mi club.
-Es que no hay mejor manera de formar un equipo fuerte que buscando superarse en el propio. Tal vez para vos sea mayor satisfacción llegar a esa final con Villa que ganar una con Sarmiento… Total el gusto de salir campeona te lo diste.
-Sí, yo me di el gusto de salir campeona con la Selección de Junín, en un torneo hermoso como los Bonaerenses. Lo que hace que no pueda irme a ningún lado es que Villa es mi club. Eso es así. Nací ahí, me crié ahí. Todo lo que aprendí fue ahí. De eso estoy más que orgullosa. Porque todo lo que tengo es por Villa.
-¿Qué te genera saber que con tu regreso se vuelven a poner la chapa de candidatas en Sub-17? Y a la vez ¿crees que de la manera en que se refuerza Sarmiento puede ser cada vez más difícil pelearle?
-Para mí era más difícil ganarle a Sarmiento cuando estaban Morena (Culaciati), Yanela (Tracchia), Delfina (González), Lola (Bermúdez)… Hoy la tienen a Cata Vila, a Josefina (Leonidas), a Allegra (Lucci)… Pero juegan todas de 10. No sé si van a coincidir todas en el mismo equipo. Creo que podemos competir. Si vamos al caso, no sé si todas las buenas jugadoras que tiene Sarmiento van a coincidir en un mismo partido. También es verdad que Allegra puede jugar de defensora, como hicieron con Mica (Romero) cuando se pasó de Villa. De todos modos, siento que tenemos chances. Y creo que arriba estamos muy bien.
-En Primera se les fueron muchas jugadoras. ¿Ahí sí sentís que están más complicadas que el torneo pasado?
-Sí, mal. No tenemos a las de Chacabuco. Leti (Perrone) anda jodida, Xime (Miño) anda jodida. De las jugadoras que son solo de Primera están Leti, Ro (Ballejos), Candela (Anaya) y nadie más. Después somos todas Sub-17. Se fue Tiara (Lucero), se fue Mili (Suárez).
-Si volvemos al inicio, ¿cuáles son tus primeros recuerdos con una pelota?
-Juego desde los cinco años, que seguía a mi papá en los campeonatos que jugó por todos lados. Siempre iba con él. Me gustaba. Y siempre se armaba un grupito de varones y yo me metía a jugar. A los 7 empecé árabe y reggaetón. No me gustó nada. Estuve un año y me fui. A los 8 o 9 empecé a hacer hockey. Estuve un tiempito y tampoco me gustó. No estoy segura, pero creo que en esa época Sofía Ledesma (delantera de Rivadavia) entrenaba en Newbery con todos varones. No se si era ella, pero para mí sí. Ahí tuve la idea de empezar fútbol y y le dije a mi mamá, pero ella no sabía dónde había de mujeres. Mis hermanitos habían arrancado en Newbery y fui ahí, pero no había y tenía que entrenar con escuelita de varones. Yo ya había cumplido los 12 y mucho no me gustaba.
-¿Y a Villa cómo llegás?
-Ahí mi mamá me dijo que Chavo (Cristian Contrera) sabía que en Villa había fútbol femenino, pero solo Primera. Además de eso, un día en casa de mi tía estaba Mili Suárez. Estábamos hablando de fútbol con mi mamá y ella dijo que entrenaba en Villa. Mi mamá le preguntó, le dijo que a mí me gustaba. Y ella también nos dijo que solo había Primera. Mi mamá le mandó a Chavo. Yo era la única Sub-12. Estaba Guada, la hija de la arquera de La Loba, que tendría 14 años. También estaba Iris (Ayala) que siempre iba a ver a la madre. A los dos o tres meses empezaron Guada (Calderone), Abril (Espinosa) y otras de mi edad. Pero yo me crié en el barrio jugando al fútbol. En una canchita que hay atrás de mi casa y hacíamos partido barrio contra barrio. Y si no nos íbamos a jugar a otros barrios, La Sofía y todos varones.
-Si tenés que elegir un objetivo que querés cumplir antes de festejar los 17 y otro más a largo plazo, que pueda llegar en cualquier momento, ¿con qué te quedás?
-Una de las cosas antes e cumplir los 17 es poder salir campeona con Villa. Ya pensando a largo plazo, porque si fuera por mí quiero vivir del fútbol, siempre le dije a Chavo que no voy a parar de meterle hasta llegar a Boca, jaja. Todo se hace desde abajo. Tengo edad para que se me puedan cumplir las cosas.
