El fútbol femenino de Junín destaca por variedad de equipos, por existencia de categorías formativas, por lo competitivo de los torneos y por abundancia de talentos. Como contracara, sigue siendo víctima del desinterés, el ninguneo, la falta de especialización y de ser siempre el último en la lista de espera para el reparto de inversión, horarios, canchas y árbitros.
De este último costado, que muchas veces no se ve si no se sigue su día a día, ha manifestado más de una vez estar cansada Sol Funes, que disputó el último Torneo Nocturno con Independiente y que todavía está evaluando qué le deparará el futuro futbolístico.
«Ya me había empezado a cansar que siempre fuera lo mismo. Más con lo último que se generó cuando salió lo del Torneo Vitual. Cuando terminamos el Nocturno, yo hablé con Jesús (Rao, DT de Independiente) y le dije que me iba a tomar un descanso, que no sabía realmente qué iba a hacer. Más allá de las cosas que cansan de parte de la Liga, muchas veces se complica por tema de horario, del trabajo y el estudio», le contó a Junín24 Fútbol Femenino.
Y es que la defensora tenía muchos proyectos personales para este año. En primera instancia, pensaba irse a estudiar a 9 de Julio la tecnicatura en hemoterapia, aunque decidió dar marcha atrás cuando se desató la pandemia de Covid-19 y se anotó en UNNOBA para hacer enfermería, motivo por el cual renunció a su trabajo para ganar horas de cursada y empezó a cuidar una nena, para no perder fuente de ingreso.
La carrera que tiene por delante hace que Sol Funes sea elegible para jugar con Las Guerreras, decisión que ya tomó quien fuera su compañera, Lucero Quiróga. «No sé si estoy al nivel. Hay muchas buenas jugadoras. De por sí cuando entrás a un equipo armado es medio complicado. Ya me pasó en Independiente. En lo personal, siempre fue por un poquito de cobardía podría decir. Yo no me animaba a empezar en Independiente, porque ya estaban armadas y tenía miedo. Fue Lucero la que me insistió para que empezara y un día agarré y dije ya está, voy«, explicó.
Aunque tan solo hace poco más de dos años que decidió empezar a jugar, previamente defendió también la camiseta de Defensa y Newbery, cuando Las Aviadoras recién estaban empezando a armar el equipo con el que volverían a competir y que hoy las encuentra ya consolidadas. «Antes jugaba con mis primos, con amigos y así. Si sé algo de fútbol, fue mirando. Porque soy muy futbolera. Pero cuando arranqué en Defensa, a nivel competir, fue de cero», remarcó.
Mientras se replanteaba qué tan valoradas son las jugadoras en la Liga Deportiva del Oeste, encontró el aire fresco y el disfrute que para ella representa jugar a la pelota en un equipo que nació el año pasado para la disputa de un Torneo Relámpago, pero que se constituyó para quedarse: La Osadía.
«Se armó todo un poco de casualidad. Belén González fue protagonista en todo esto, porque armó un grupo de Whatsapp para ir a un torneo que se hacía en Arenales. Yo a ese no pude ir porque tenía que trabajar, pero sí fueron las demás. Había que inventar un nombre y ella dijo La Osadía. Después de ese torneo dijo que estaría bueno que ese grupo y este equipo quedara armado para salir a jugar torneos afuera. Empezaron a aparecer un montón de campeonatos. Incluso nos íbamos a ir a Villegas, que se hacía un torneo sudamericano femenino al que iban chicas de todos lados. Defensa iba a ir también. Al final se suspendió, salió lo de San Pedro y nos fuimos para allá», contó.
Tal y como contó Sol Funes, La Osadía lo integran también Patricia Vargas, Lucero Quiróga, Yamila Vinci, Belén González, Milagros Moreno, Cintia Rinque, Ludmila Villalba y Carolina Gauna. Aunque en sus últimas participaciones han incorporado también a Agustina Rojo y Sofía Jancich.
«Es algo totalmente distinto, otro tipo de disfrute. Más allá que sentís la misma adrenalina cuando salís a jugar, lo disfrutás más por los viajes, las risas, los mates. Nos vamos con el parlante, nos instalamos en la cancha a la que vayamos, ponemos música, bailamos. Es otra cosa», explicó.
De todos los torneos que le tocó salir a jugar, se queda con el que disputaron en San Pedro, tierra de la arquera del equipo Patricia Vargas. «Eramos súper visitantes, porque casi todos los equipos eran de ahí o de cerquita. Nosotras (Independiente) jugamos acá contra Villa, nos bañamos, armamos todo y nos fuimos. Llegamos allá, a las 9 nos fuimos a la cancha. Nos recibieron re bien. A lo último ya teníamos hinchada. Igual al principio fueron picantes, fuimos conquistando a la gente con el correr del torneo. Nos pedían fotos, nos preguntaban de dónde éramos. Dicho sea de paso, las que quedaron en la final que se llamaban Te Paso el Dato, nos dijeron que si se armaba un torneo acá querían venir para jugar contra nosotras, que les gustaba cómo jugábamos. Estuvo muy bueno», recordó.
EL SINSABOR QUE DEJÓ EL NOCTURNO
Si bien Sol Funes le pidió un tiempo al DT, el parate al que obligó la cuarentena que causó la propagación de la pandemia de coronavirus parecería haberle renovado las ganas. Y si piensa en volver a competir en la Liga, no se imagina en un equipo que no sea El Rojo. «Cuando termine todo esto, seguramente voy a ir a entrenar a Independiente. No sé cómo va a ser todo la verdad. Hubo muchos enojos por los últimos partidos. Pero hay que ver qué va a pasar», explicó.
Es que en Independiente sentían que tenían equipo como para que les fuera mejor en el último Torneo Nocturno, por eso el balance final les dejó ese sinsabor que invitó a muchas de sus jugadoras a parar la pelota. «Teníamos equipo para que nos fuera mejor. Estábamos convencidas. El cambio de DT había sido un aire nuevo. Lo hablamos mucho, por ejemplo con Lucero, y no entendemos qué pasó adentro de la cancha que no funcionó. En los entrenamientos nos sentíamos bien. Los primeros partidos los jugamos bien y eso que entramos contra dos de los equipos más difíciles de la Liga. Fuimos parejas, pero no se nos dio nada y nos sorprendió. Espero el próximo sea mucho mejor, porque ahora se desarma el equipo y es empezar de cero», analizó.
Y a la hora de pensar en la renovación, aunque es consciente de que es muy difícil, sabe que hay en La Osadía una jugadora que le vendría muy bien al Rojo: «¡Sabés lo que sería convencer a Belu (González)! A ella la habían llamado de Sarmiento, que después fue un desastre lo que pasó. Estaba indecisa y todas le decíamos que se viniera a jugar con nosotras. Un día Lucero, otro Lula, otro Yamila, otro yo. Pero no hubo caso. En algún momento lo dudó. Pero por lo menos compartimos La Osadía», se conformó entre risas.
LA LUCHA SIGUE
Le toque estar donde le toque, Sol Funes es una convencida de que hay que seguir dando la batalla para que el fútbol femenino pueda seguir conquistando espacios en Junín. Aunque también reconoce que cada vez que siente que ese camino empieza a allanarse, la realidad golpea con una nueva decepción.
«Al fútbol de Junín lo hacemos las mujeres, por eso estamos en una lucha constante. Pero cuesta muchísimo lograr esa igualdad. Cuando vi el video de las chicas de Independiente, después de lo que pasó con el Torneo Virtual, del que no participé por esto que te decía que elegí tomarme un descanso, pensé estamos en el siglo XXI y no puedo creer que haya que hacer un video explicando qué son los derechos… Es increíble», señaló.
Y concluyó: «Yo soy súper feminista y creo que hay que dar esa lucha desde adentro de la Liga. Quizás más allá de una palabra, una opinión o la posibilidad de debatir, en Independente la que está más metida en promover esos cabios es Fernanda (Riveros, integrante del Dpto de Selección Femenina). Ella escucha mucho y después va y plantea. Se necesita eso. Hay chicas a las que solo les gusta jugar a la pelota y está bien, pero también hay que saber que juegan porque hay otras que dan esa lucha. Ojalá exista ese camino en que la Liga vaya dando cada vez más importancia al femenino. Más allá de nosotras se ven muchas niñas con mucho potencial y estaría bueno que reciban como herencia otro tipo de competencia».
Por Juani Portiglia
