Es sorprendente reconocer que estamos a punto de renovar el calendario, y los días pasaron casi sin darnos cuenta.
Nos sorprende, también, ver como la vida se pasa “… mientras estamos haciendo otros planes” entre responsabilidades y deseos, entre corridas y llegadas tarde, entre las horas extras para ganar un poco más se va pasando el tiempo inexorablemente.
La proximidad de la navidad nos dice que sería el momento de corregir aquello que no logramos vivir, que, si bien no recuperaremos los días, ni los momentos perdidos , si podemos dar ese abrazo que postergamos, crear una oportunidad para disfrutar de los seres que amamos, reír sin dejarnos aplastar por resentimientos, o culpas viejas , sentarnos en la mesa y charlar sin apuros, disfrutar de este corto paso por la vida, pensar la Navidad como una oportunidad perfecta para dejar de lado los propósitos egoístas que ocuparon nuestra mente y nuestro corazón, cosas que solo nos beneficia a nosotros mismos, asumiendo que la felicidad, suele sentirse en momentos sencillos, y compartido con quienes amamos y nos aman.
Ha sido un año excepcional, transitamos por caminos desconocidos para la humanidad actual, la pandemia nos hizo conocer una clase de miedo desconocido, nos llevó a desandar caminos que creíamos intransitables, pero los transitamos, fue, es duro aún, pero podemos rescatar de esto, lo mejor, aprehender todo lo que nos enriquece como seres humano.
La pandemia marca nuestros hábitos más comunes, reunión y economía se ven afectados drásticamente. La situación económica es muy incierta y la gente deberá contraer el gasto al máximo, regalos y mesas con platos caros están en peligro, tal vez el espíritu navideño real deba ponerse en funcionamiento y debamos empezar por aceptarnos y aceptar al Otro tal y como es, comprender que una sonrisa genuina, una palabra sincera , un poco de paciencia, una dosis de empatía pueden alegrar la navidad, y la vida misma, esto sería un bello propósito navideño, más que mesas con manjares y regalos costosos, dar a quienes amamos lo mejor de nosotros, y eso, amigos, no se encuentra en el mercado.
Pensar la navidad con verdadero espíritu navideño es pensar en el Otro desinteresadamente, es desear un momento espiritual genuino, es crear un ambiente navideño ideal
Tal vez, esta navidad “diferente” podamos comprender que no es la cantidad, lo que hace la calidad, y al mencionar “cantidad” la referencia es total, ni cantidad de comida, ni cantidad de bebida, ni cantidad de regalos, ni cantidad de gente, sino CALIDAD en cada cosa, en cada detalle, en cada ser que tenemos compartiendo nuestra mesa.
Puede ser que hayamos dejado a alguien en el camino pero nadie se va del todo si permanece su recuerdo, dentro de nosotros. Nadie niega que la crisis actual nos puede arrastrar a la melancolía o frustración, algo es muy cierto, realmente podemos sentirnos como queremos sentirnos, pero si podemos sacar lo mejor de nosotros nos hará sentir mucho mejor.
No podemos negar que las Navidades, buenas o malas, felices o infelices, generan un entorno que es inigualable con cualquier otra época del año, los más adultos percibimos un toque de añoranza cuando nos llegan ecos de la infancia despertando el deseo de volver a vivirla como cuando éramos niños. Los más peques disfrutan de la ilusión del regalo traído por ese ser místico que a todos nos ilusionó y nos estimulaba a escribir la “cartita” que más tarde encontraríamos dentro del algún mueble, protegida cuidadosamente de nuestra curiosidad infantil.
Tenemos que entender que la Navidad no es hallar felicidad en las comilonas y gastos innecesarios sino que es una época en la que la felicidad nace con la entrega. Entonces la ilusión puede ser parte de los adultos si logramos volver a sentirnos como niños, con la misma ingenuidad, el mismo desinterés y el mismo amor.
Sería lindo comprender que es nuestra única vida y que somos los únicos encargados de darle sentido, también a la Navidad…Quizás las festividades solo sean un pretexto, fechas en el calendario, pero si se trata de dar, ofrecer o acompañar, la coartada no solo es buena, sino que es MARAVILLOSA.
“La Navidad no se trata de abrir regalos, se trata de abrir nuestro corazón” -Janice Marditera
¡FELIZ NOCHE VIEJA Y FELIZ NAVIDAD A TODOS!
Isabel Muñoz Marcos
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