Tras el paro de 72 horas de la semana pasada y con el reclamo vigente de una nueva convocatoria a paritarias por parte de los gremios, las clases finalmente se iniciaron este lunes en toda la provincia.
El tironeo entre el gobierno de María Eugenia Vidal y los docentes tendrá esta semana una tregua en las escuelas, donde las clases retomarán su normalidad.
Es que, el miércoles pasado el Gobierno no logró alcanzar el objetivo de iniciar en la fecha pautada por el calendario escolar (6 de marzo), ya que el Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB) se acopló a un cese de tres jornadas impulsado por la Ctera.
El viernes, los sindicatos señalaron que «la docencia bonaerense protagonizó un contundente paro» con «malestar» por «la falta de resoluciones a la situación de deterioro y pérdida del poder adquisitivo del salario» y a otras problemáticas que afronta el sector.
Entre los conflictos, el FUDB (Suteba, FEB, Udocba, Sadop y AMET) enumeró «las graves problemáticas edilicias» y «la falta de cupos de comedores escolares», y pidió por «políticas socio educativas que garanticen el derecho de nuestros/as estudiantes a una Educación Pública de Calidad».
«Es responsabilidad de la gobernadora Vidal la convocatoria y avanzar en la resolución de las problemáticas planteadas», consideraron los sindicatos. A pesar de pedido, según pudo averiguar DIB, aún no hay fecha de llamado a paritarias salariales.
La última reunión paritaria de los docentes en provincia fue a fines de febrero. Allí, el FUDB rechazó una oferta salarial que mantenía la idea de la cláusula gatillo (mensual en los primeros tres meses y luego trimestral) y agregaba: un ascenso al salario mínimo (que en marzo, según el Ejecutivo, alcanzaría los $ 20.150), un 5% a pagar en diciembre y ayuda extra a maestros que estén por debajo de la línea de pobreza.
Luego del encuentro fallido, los sindicatos se acoplaron al paro de la Ctera a nivel nacional y marcharon en el inicio del ciclo lectivo a Plaza de Mayo. En ese marco, Vidal y sus funcionarios se mostraron en escuelas abiertas.
Las partes también mostraron discrepancias sobre el nivel de adhesión a las medidas de fuerza: mientras el Gobierno divulgó cifras que rondaban el 38%, los sindicatos hablaron de un 90% de acatamiento.