«Lo que viví anoche fue terrible», expresa Marcela Perez. «Con mi marido estamos desconsolados, Pancho nuestro perro maltés era como un hijo para nosotros, y un pitbull lo mató». De este forma comienza a contarnos lo sucedido en Av. San Martín el domingo a las 20 horas. «Iba yo caminando con Pancho, mi maltés, al que llevaba con su soguita y de repente de una casa de Av. San Martín al 800 sale un pitbull y literalmente me lo arrebató de las manos y lo empezó a masticar. Le pegué, le metí los dedos en los ojos, en la boca, pero no lo soltaba. En ese momento llega una chica de nombre Rosana y empezó a ayudarme haciendo lo que podía hasta que el perro la mordió a ella también y la lastimó. Cuando se lo pude sacar me lo puse a Pancho en la cabeza porque yo no soy muy alta y el pitbull saltaba enfurecido para agarrarlo y me mordió el hombro y me rasguñó la espalda», detalla.
En medio de la desesperación, Marcela corrió por la calle entre medio de los autos y comenzó a parar los vehículos que venían hacia ella: «Nadie me ayudó. Una señora trabó las puertas y me ignoró. Lo mismo hizo otro chico que subió el vidrio. El único que me ayudó fue un señor de nacionalidad china que venía en una traffic. Dea hí me fui a la comisaría a hacer la denuncia y luego volví a buscar mis cosas que se me habían perdido: los lentes, las llaves, las ojotas y el celular. Solo pude encontrar las llaves y las ojotas, el celular y los lentes desaparecieron», explica.
A todo esto, su perro ya había muerto. Desconsolada le tocó timbre alrededor de las 23 horas «y me atendió, con las dos manos detrás de la espalda, como ocultando algo que llevaba, pero no pude saber que era. Me atendió el dueño y me pidió perdón mientras yo le decía que su perro era un asesino, que no podía tenerlo y menos suelto, a la vez que le preguntaba si sabía que había matado a mi perro. A cada frase que yo le decía, el me pedía perdón. Algo tienen que hacer con ese perro. ¿Qué pasa si en lugar de atacar a un perro ataca a un chico?», se pregunta.