Una familia tipo necesitó en junio $ 31.148 para no ser pobre, lo que representa un aumento de casi el 60% de la canasta básica total, según cifras publicadas hoy por el Indec. En tanto, para no caer bajo la línea de la indigencia se necesitaron $ 12.409.
Según el organismo de estadísticas oficiales, las canastas básicas alimentaria (que mide el nivel de indigencia) y total (que mide la pobreza), se incrementaron en junio un 2,7% respecto del mes de mayo, y llevan acumulados un 21,7% y un 22,2% en lo que va del año, respectivamente.
La canasta básica alimentaria, que marca los niveles de indigencia, se mide teniendo en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto, entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades. En tanto, la canasta básica total tiene en cuenta otros valores como los bienes y servicios no alimentarios.
Según esta cuenta, una persona necesitó $ 4.016 para no ser indigente, y $ 10.080 para ubicarse por encima de la línea de la pobreza. En tanto, una familia con un hijo tuvo que costear gastos por $ 9.879 para no ser indigente, y $ 24.797 para no ser pobre.
