El triunfazo 6-1 que Sarmiento se trajo de Quilmes dejó además de tres nuevos puntos varias lecturas para hacer entre líneas, pensando en los riesgos que se corrieron en la previa y en lo valioso que se volvió de cara al futuro, justo cuando con viaje a Córdoba para visitar a ese puntero hasta la fecha infranqueable que resulta ser Belgrano se inaugurará la segunda ronda de la Fase de Ascenso.
Lesiones, acumulación de tarjetas amarillas y otras decisiones que corresponden al día a día del grupo y el cuerpo técnico hicieron que para afrontar el último partido de la primera ronda se notara la ausencia en la convocatoria de futbolistas que han sido muy importantes a lo largo del torneo, como Brunella Gutiérrez, Agostina Zeller, Paola Zavala, Lourdes Palavecino y Milagros Moreno. Se decidió también que Tete Varela, con 9 amarillas, viajara para nutrir el banco de suplentes pero sabiendo que su ingreso solo se daría en caso de emergencia. Mayor riesgo se decidió correr con Sofía Berenguel, quien jugó sabiendo que una tarjeta amarilla la haría perderse el duelo ante Las Piratas.
Si se tiene en cuenta que la experiencia del último partido en que Agustín Lavagnino había decidido conservar buena parte del plantel de base no fue positiva, porque Sarmiento se volvió con derrota de su visita ante Camioneros en el cierra de la fase regular, incluso que en esa misma instancia no se le había podido ganar a Argentino en La Barranca; quienes observamos desde afuera vivimos con cierta incertidumbre lo que podría llegar a resultar del nuevo cara a cara. Pero hay una realidad inobjetable y es que desde aquella fase a la actual Las Maestras han crecido mucho como equipo, en todas sus líneas y con relación a todas sus futbolistas.
Lolo Herrera volvió a cuidar el arco tras una seguidilla en la que le había tocado a Sol Ponce. La dupla central integrada por dos escolares como Lola Bermúdez y Danna Acevedo respondió, porque jugaron con personalidad de veteranas. Incluso las laterales, más improvisadas por no desempeñarse naturalmente en esa posición, hicieron que parezca fácil. Victoria Jancich, por el lateral derecho, estuvo más comprometida con la marca; mientras que Valentina Di Piero, por izquierda, voló para acoplarse en numerosas ocasiones a la gestación de los ataques.
Lejos de ganarse la amarilla de que amenazaba, Sofía Berenguel jugó uno de esos partidos OH-MY-GOD que le traspasó el problema a las rivales que tenían que ingeniarse para tratar de robarle la pelota en el segundo que pasa entre la recepción y el pase. Bajó a buscar entre las centrales para hacerse cargo del armado, pero apareció también en el borde del área rival para hacerse cargo del último pase y probar al arco. Un concierto. Como laderas contó con Lucía Mansilla, que volvió a sacrificar su rol habitual de extremo; y Micaela Tuffilaro. La Negra estuvo imparable en la gambeta -hasta metió un cañazo que guardará la memoria colectiva de lxs testigos-, solidaria en la marca y certera en el pase. La de Chivilcoy tuvo su mejor presentación en Sarmiento. Y las dos coronaron con un gol para su registro.
Algún día vamos a aprender que no hay nada que temer si está la capitana, porque Sofía D’Ambrosio no podría hacerle más honores a esa cinta. Popi marcó un gol de penal para sacarse la mufa que venía sintiendo, pero mucho más importante fue lo que exigió a lo largo de todo el partido, siendo generadora de incontables ocasiones de gol. Constanza Díaz fue la encargada de abrir el marcador y anotarse un gol clave para la confianza personal y para entender que, incluso en días no tan buenos, es una jugadora clave para este equipo. Y en Morena Iraola Las Maestras encontraron a una delantera solidaria, que no pudo esta vez poner su firma al marcador pero que supo bajar a armar juego, tuvo desborde y el sacrificio que nunca negocia.
Sarmiento le ganó 6-1 a Argentino en Quilmes pero lo más importante es que se demostró de las puertas para adentro que es con todas, porque el aporte que hicieron ingresando desde el banco de suplentes Dalma Lucero, Luz Marzol y Camila Torre, que también festejaron su gol personal; Catalina López y Luisina Garrido fue con nota aprobadísima que dar tranquilidad a un cuerpo técnico que sabe que el plantel es corto, pero que también sabe que con estas pibas -también con las que esta vez bancaron los trapos a la distancia- ¡a la guerra!