Y no. La avivada no salió como ellos esperaban. Poco tiempo después que comenzara a circular la noticia de que dos personas en una moto habían destrozado los vidrios de alrededor de 20 autos; en las redes sociales le pusieron nombre y apellido a los autores del acto de vandalismo. Entonces no. Ya no fue todo tan gracioso para ellos.
Tomás Oyarzabal y Lucas Riservato quedaron expuestos a la furia de algunos de los damnificados y tuvo que intervenir la policía para que las cosas no pasaran a mayores.
Ayer, uno de ellos ensayó una especie de descargo en Twitter, en el que se mezcló el arrepentimiento con el enojo con todos aquellos que estaban escrachándolo por esa misma y otras redes sociales.
«Lo que más me duele es mi familia, que no tiene la culpa de la idiotez que hice. Yo me voy a hacer cargo de lo único que hice, pero dejen de hablar al pedo que para comentar son todos piolas. Y perdón a toda la gente que decepcioné. No hay justificación por lo que hice. Solamente no lo pensé», escribió Lucas Riservato.
Y agregó: «Y ni se gasten, porque con la única gente que voy a dar la cara es con la que hice daño».