14 años y 286 días tenía Valentina Berenguel cuando un abrazo en el vestuario de Melina Garialdi, esa crack a la que había visto brillar en diferentes equipos de Liga desde que con 12 años llegó a Sarmiento desde Agustina y que ahora era su compañera, le hizo notar por primera vez, aunque todavía sin creerlo del todo, que esa tarde del 15 de septiembre de 2019, en Ciudad Deportiva, iba a dejar escrito su nombre en uno de esos récords que pueden mantenerse por años, por décadas sin romperse. O que tal vez le pertenezca para siempre.
No por nada rebautizaron como La Bebu a la jugadora más joven en hacer su debut en AFA con la camiseta de Sarmiento, saliendo a jugar de titular en el partido debut que terminó con victoria 7-0 ante Argentino de Quilmes. Crecer de golpe, le dicen. Porque en ese campeonato de Primera B fundacional para Las Maestras hizo un curso acelerado de emociones, experiencias y sensaciones. De estados de ánimo y de desarrollo futbolístico. Ya con 16, y con todo lo aprendido, espera ansiosa por que la pelota vuelva a rodar… Para ir por la revancha.
–Imagino que todo este tiempo de pandemia fue un subeibaja de emociones para ustedes, por entrenar, parar y volver a empezar tantas veces…
-Nos ha pasado estar a punto de arrancar y estar todas tan contentas, tan ilusionadas, con tantas ganas de entrenar, habiendo armado un equipo nuevo… Y otra vez se cortó todo. Nos tocó volver a entrenar en casa. Algunas más motivadas, otras menos. En mi casó me costó. A la vez sabíamos que algunos equipos de Buenos Aires seguían entrenando, así que se pudo hablar para que nos habiliten sobre todo porque a fines de julio podría arrancar el torneo. También vemos que la A se está jugando y nosotras no. Nunca arrancamos y eso te desmotiva. Por suerte los tenemos a Fede (Coronel) y a Sergio (Barbagelata) que están todo el tiempo alentándonos a que sigamos, a que no aflojemos. Porque es difícil volver.
-La buena de esta nueva vuelta a los entrenamientos presenciales es que otra vez se sumó tu hermana.
-¡Sí! Volvió Sofi. Ella había dejado después del Nocturno por un tema de estudio. Se tomó su tiempo para ver cuánto le iba a llevar y ahora volvió a arrancar. Estaba muy contenta y con muchas ganas. Nosotras desde muy chiquitas jugábamos a la pelota juntas acá con todos los chicos y siempre fuimos de compartir mucho lo que nos gustaba.
-¿Representantes de Agustina en Sarmiento son vos, Sofi y Lolo (Herrera)?
-Sí. Jugábamos acá en el Reducido de Agustina con algunas chicas que eran las que podíamos llegar a juntar. Lolo atajaba, yo defendía y Sofí al medio, que se encargaba de todos los tiros libres y metía todo, jaja. Siempre mantuvimos los mismos puestos, aunque yo en un momento pasé a jugar de doble cinco con Sofi. Era tan difícil armar para jugar un Reducido que decidieron llevarnos a entrenar. En su momento no podíamos porque éramos muy chiquitas y en los clubes eran todas grandes.
-¿Cómo se da entonces la llegada a Sarmiento?
-En realidad Sofi quería arrancar en un club y pide que la lleven. Con Lolo queríamos también ir. Se dio la oportunidad, por un contacto que teníamos en Sarmiento al que le preguntamos y nos dijo que había arrancado el fútbol femenino, que fuéramos. Ahí arrancamos y nunca frenamos. Haría dos años que había empezado con Jonny (Villarreal). Yo tenía 12 cuando empezamos.
-Es tremendo, entonces, todas las cosas que pasaron en cuatro años…
-Es que me fue pasando todo así. Yo arranqué un miércoles y el finde jugaban contra Santa Alicia y tenían que fichar. En ese entonces ni Sub-17 había. Era la Primera. Yo jugaba reducido con los chicos, o sea que nunca había jugado en una cancha grande. Me fichan para poder jugar el finde, me llevan al banco por supuesto y da la casualidad que Lourdes Pérez no llegaba. Entonces Jonny me puso de titular. Con la camiseta 14 o 13. Desde ese partido siempre jugué. Fue una sorpresa, estaba re asustada.
-Puede que haya sido mejor así, porque si lo sabías con más tiempo por ahí te ponías más nerviosa.
-Tal cual. Yo ni me imaginaba que me iban a poner. Estaba tranquila, pero nunca había jugado en una cancha grande. Así que con 12 años debuté con Primera al fin de semana siguiente a haber arrancado.
-Ya iba a preguntarte por tu récord en AFA, pero entonces también sos la más joven en debutar en Liga con Sarmiento.
-¡Sí! Fui yo.
-Ahora sí, entonces, pasemos al privilegio de ser la jugadora más joven en debutar en AFA con la camiseta de Sarmiento. ¿Cómo lo viviste?
-Debuté con la sorpresa de ser titular, sin esperarlo. . Yo creo que a mí me favoreció el cuerpo y que Jonny (Villarreal) me hubiera puesto a jugar en Primera a los 12. Entonces ya llevaba dos años jugando en la Primera local, que me ayudó bastante. En su momento pareció que no iba a poder jugar, porque decían que era a partir de los 15 para AFA. Sergio (Barbagelata) quería que esté y mi papá no quería saber nada. Tenía miedo porque era chiquita y pensaba que me iba a asustar mucho. Como yo estaba tan ilusionada, aunque pareció que no iba a jugar igual quise ir a ver. Y da la casualidad que uno de los dirigentes avisa que era a partir de los 14. Yo estaba re contenta. Me ficharon y empecé. Jugué de titular en el debut y de ahí todos los partidos hasta que me fui a Disney. Volví un viernes y jugábamos el sábado. Sergio me citó, pero obviamente me mandó al banco y Lucía Inglese jugó de 4. Al partido siguiente también fui al banco y después volví a jugar de titular.
-¿Qué te pasó cuando supiste que ibas de titular en el debut de Sarmiento en AFA?
-Me acuerdo que estábamos en el vestuario, primero vino Meli (Garialdi), me abrazó y yo dije qué es lo que está pasando, jaja. Me dice, dale chiquita. Yo me quedé y después me puse a pensar que habíamos hecho un amistoso con All Boys y Sergio me había puesto de titular. Ahí dije uy, me parece que voy a ir de titular. Sergio llegó, primero nos habló y después dio el equipo. Yo hasta que no vi la pelota tenía unos nervios impresionantes. Ya cuando la tuve y pude hacer algo bien me calmé.
-Salió un partido ideal para calmar los nervios, porque ya el primer tiempo lo terminaron goleando.
-Lo que pasa es que era algo completamente nuevo. Nos habían dicho que iba a ser algo muy distinto a Liga. Entonces estaba esa posibilidad de que quizás podíamos perder. No nos imaginábamos que se iba a dar un partido como el que se dio. Es como que los otros equipos ya se conocían y nosotras teníamos que conocerlos. Tuvimos que ir viendo quién era la buena, a quién había que ponerle mayor atención en la marca…
-A su vez, que el inicio fuese así hizo que no se relajaran contra ningún rival…
-¡Claro! Vos le ibas a todas igual. Capaz una te comía y otra no. Nos fuimos conociendo y ahora pudimos saber más o menos qué tiene cada equipo, que jugadora juega más, cual no tanto…
-Como dueña del récord, ¿qué te genera que ahora haya otras muy chicas como Morena Culaciati, Lola Bermúdez y Delfina González entrenando con ustedes?
-Sinceramente a mí me encanta que estén entrenando con nosotras. De hecho, por ahí las veo nerviosas y trato de decirles que lo disfruten, porque tienen un montón de compañeras que desearían estar en ese lugar. Todavía a mí me pasa que no tomo dimensión de dónde estoy, porque me tocó empezar así, con todas, desde que arrancó. Ellas fueron viendo todo ese progreso, han ido a vernos y les tocó ser llamadas. Ya les tocó jugar en Liga con nosotras y la rompieron. Jugaron mejor que nosotras. Entonces yo las disfruto mucho. Yo miro mucho a Lola, porque defiende y le mete. No le tiene miedo a nada. Delfi y More también son increíbles. Técnicamente juegan muy bien y son dignas de admirar. Ojalá tengan la oportunidad de poder debutar en AFA, que les vaya muy bien.
-Ese tomar conciencia de estar a donde estás, ¿tratás de traerlo a la cabeza cuando en el vértigo del día a día por ahí te bajoneás si en algún partido no te toca estar?
-Sí, obvio. Siempre me tocó estar con chicas mucho más grandes que yo y me cuidan mucho. Vivía en la pensión con ellas y era la apañada, jaja. Siempre les digo a las más grandes que las admiro muchísimo. A Pocha (Flor Gamarra), a Meli (Garialdi), a Negra (Lucía Mansilla). Las sigo mucho y ellas siempre me dicen lo mismo: que piense en las oportunidades que tuve. Debuté en AFA a los 14 años y ellas me dicen que piense cuánto me queda, porque recién tengo 16. Me faltan 14 años para los 30.
-Es que pensando en tu edad, en la de Isabella Alonso o alguna un poquito más grande incluso, vas a notar que incluso muchas jugadoras que hoy integran una Selección Argentina, por ejemplo, no tuvieron oportunidad de participar desde tan chicas de una competencia de AFA. Partiendo de ahí, es todo ganancia.
-Sí, pasa acá en Sarmiento. Así como a mí me tocó debutar con 14 años, a Pocha, a Meli, les tocó con 27, 29, 30… Ahí te das cuenta que el fútbol femenino va avanzando. Ahora están Lola, More, Delfi y vos decís bueno… A veces no me pongo mucho a pensar en eso. A veces me digo sola tampoco pidas tanto. Debutaste en el primer partido de AFA con 14 años. Yo le agradezco a la vida por haber podido jugar ese partido de titular y por haber tenido después todos los minutos que tuve. Después me perdí los partidos finales y fue difícil. Yo sé que a mi edad si hay algo que te perjudica es la cabeza. Las más grandes en ese sentido son diferentes. Pero ya desde chica intento ir manejando la cabeza, progresando en ese aspecto. Y creo que cualquier jugadora que se prepare puede estar jugando en AFA con 14 años, siempre que haga los esfuerzos que todo eso conlleva.
-Mencionás las finales y pienso que también siendo tan chica te tocó vivir un dolor muy grande en esa final de Salto que te toca ver desde la tribuna, con tu familia y muchas otras compañeras. ¿Cuánto de ese dolor queda y cuánto ya sanó?
-Me pasó que confiaba tanto en mis compañeras que todo el tiempo sentía que lo iban a dar vuelta. Son momentos, cosas que pueden pasar pero que no nos imaginábamos con un resultado así. Tenemos que dar vuelta la página aunque duela, porque cómo no va a doler. Fue un campeonato re lindo para nosotras, la gente nos conoció un poco más. Tuvimos que entender que había que empezar de nuevo, con muchas otras jugadoras que no estuvieron, sin algunas que fueron muy importantes. Pero cómo vamos a bajar los brazos si en nuestra primera participación jugamos esa final y al inicio de todo capaz que no nos imaginábamos estar entre las primeras diez. Yo estaba orgullosa de mis compañeras.
-¿Lo mejor para pasar de página, más allá de todo lo que se dijo sobre si Sarmiento debía o no jugar, fue la llegada tan pronta de ese Nocturno de Liga?
-Sí, obvio. Fue un tema el Nocturno. Yo por ahí me fijé mucho en lo que hablaban, lo que se decía, porque tenía unas ganas terribles de jugar. Venía de la pandemia sin fútbol. Después se jugaron esos partidos del Reducido en los que no tuve la suerte de estar. Entonces necesitaba jugar, volver a Liga. Jamás hubo intenciones de subestimar a nadie. Sí de disfrutar, porque por ahí hay partidos que no se disfrutan. Yo ni siquiera pensaba en ganar. Tenía ganas de salir y jugar, volver a donde empezamos. Porque nosotras salimos todas de ahí. Yo empecé en Liga con 12 años y tuve la suerte de poder jugar en AFA. Deseo que todas las chicas puedan tener esa oportunidad de demostrar el fútbol que hay en Junín. Nosotras no somos nada que ver a lo que muchas veces se dice. Somos todas muy humildes. Yo me pongo muy contenta cada vez que a alguien le va bien. Jamás envidié a nadie.
-Hay una frase que no me olvido más y que me la dijo Ayelén Silva. Cuando llorando le dijiste amiga, le ganamos a Rivadavia…
-Yo te soy sincera. Contra Rivadavia de Junín salí a jugar uno de los partidos más importantes de mi vida, porque sentía que me debía a mí misma poder ganar. Fue un equipo que siempre nos superó en todo. Yo empecé jugando contra ellas con 12 años, muchas de ellas ya eran grandes. Nos han metido un montón de goles, sinceramente. Cuando le ganamos fue tan importante para mí como ganar en AFA. Muchas de nosotras no venimos de otro lado para jugar con Sarmiento en AFA. Salimos de acá, crecimos jugando en Liga y comiéndonos de a 12 goles. Y fuimos creciendo. Obvio que también nos reforzamos, pero todas esas chiquitas crecimos mucho también. Yo quería jugar ese Nocturno, medir cuánto había mejorado y tener esa revancha. También fue un alivio porque en algún momento se dijo que si no ganábamos éramos un desastre.
-Pensando en la segunda temporada en AFA, se fueron jugadoras importantes y llegaron otras con mucho potencial. ¿Cómo ves al equipo?
-Creo que se van a extrañar las jugadoras que se fueron, eran clave. Pero nos pudimos volver a armar y llegaron jugadoras muy buenas. Nos estamos volviendo a encontrar como grupo, así que creo que vamos a formar un muy lindo equipo y vamos a tener chances de pelear otra vez.
-Si tenés que elegir la que más te impresionó de las nuevas, ¿a quién le tiras flores?
–Chechu Rincón es la que más me impresionó. Es fuerte, es rápida. Corre mucho y le pega muy bien a la pelota. No sabés la fuerza que tiene.
-¿Cuántas ganas de amistoso?
-Muchísimas. No te das una idea. El último fue contra River. Tenemos muchas ganas de empezar, de volver. Todas tenemos muchas ganas de arrancar y de tener un buen campeonato.
Por Juani Portiglia