Escribe Oscar Farías
Referente del Movimiento de Derechos Humanos de Junín
Como militante social y popular del Movimiento por la Defensa de los DDHH humanos quiero hacer público mi agradecimiento a Javier Farias, que prestó su humilde casa en el barrio Bicentenario y que fabricó con militantes de la juventud, en la madrugada del sábado, huevos de Pascuas para 90 chicos y chicas.
Fueron repartidos este domingo de Gloria y la alegría fue robarles una sonrisa a esa cantidad de niños que se hizo presente en un barrio de Junín.
Para nosotros la satisfacción de haber compartido con Javier una tarde inolvidable con las familias que nos prestigiaron con sus presencias.
Este es un sector olvidado por el municipio en algunos de sus servicios básicos, por eso es destacable la actuación de la militancia que me recuerda el trabajo de base de JP de otros tiempos donde también los gobiernos locales se olvidaban de los más humildes.
Me llena de satisfacción ver un actor social como Javier Farias luchando ante la adversidad que las políticas para unos pocos imponen, como se organiza, de qué manera no se deja llevar por cantos de sirenas, como no compra los discursos violentos que falsamente prometen orden y seguridad.
Un viejo General decía que la organización vence al tiempo, que la militancia constante, cerca de la gente, engarzada en el pueblo produce construcciones políticas de envergadura.
La esperanza de una ciudad para todos, con dirigentes que comulguen con los habitantes del barrio, que sientan en la piel, el esfuerzo, el trabajo y el sufrimiento, donde aflora la secreta esperanza de un Estado de bien estar.