psicoogia

VIVE!!! …Y deja vivir

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Por Isabel Marcos Muñoz

La gente que no se sabe valorar o que no tiene proyectos motivadores, suelen proyectar sus frustraciones en quienes le rodean.

Hay personas que están muy enojadas con su vida y terminan con la mirada puesta en vidas ajenas, en consecuencia solo logran una existencia a medias malgastando su tiempo en este mundo.

Esto, es un conflicto emocional en personas con baja autoestima, son aquellos que tienden a someterse a experiencias de los otros, sin percatarse de la riqueza de sus propias experiencias, dejando pasar la vida , sin notarlo siquiera, anarcotizadas con los momentos, palabras, situaciones de los demás, ocupándose y preocupándose con otras personas de temas y problemas que no les incumbe , que los lleva a ignorar el despilfarro generado a su alrededor por su propia responsabilidad o falta de ella en su propia existencia

Tal vez sienten que su vida no es lo bastante atractiva como para hablar de la misma.

Viven en la vida de los demás, se convierten en una sombra, persiguiendo a todos, porque de “todos” tienen “algo” que criticar, no crean vínculos, generan comentarios sin ningún tipo de utilidad.

Sócrates, filósofo griego, respondió ante uno de sus discípulos que le fue a comentar lo que él consideró con maldad hacia la persona del sabio: _“Si lo que deseas decirme no sabes si es cierto, ni bueno e incluso no es útil ¿Para qué querría saberlo?, lo que deberíamos responderle a todo aquel que opina a pesar de que nadie les haya pedido opinión, con chismes que suelen albergar intenciones no demasiado buenas.

Y, aunque, la mayoría de las veces, podamos detectar las críticas malintencionadas, no siempre se logra evitar que afecten nuestra salud emocional porque cuando la crítica y el menosprecio persisten, lo que “duele” es nuestra autoestima.

Podríamos ayudar a esa gente a ser conscientes de que están cometiendo daños evitables , que sus criticas malintencionadas caen , tarde o temprano, desvalorizadas por el propio peso de su

inutilidad, no pasan por el filtro socrático cuyo entretejido consistente se basa en tres preguntas : ¿Estoy seguro de que lo que voy a decir es cierto? ¿Lo que voy a decir es bueno? ¿Es necesario decirlo?

Debemos tener en claro que hay dimensiones ocultas detrás de estas personas, pues si hacen uso continuo del desprecio, de la crítica, de la burla, carecen, sin duda de un buen autoconcepto, hay algo dañino no sólo para los otros , sino también para sí mismos, sus dinámicas internas se hallan en conflictos no resueltos de larga data , hallando el goce en la ironía malévola o el comentario tendencioso ,y, sobre todo, en el impacto que causan en el otro, máxime , si este es perjudicial.

Sin ser amiga de los consejos, le diría a esta clase de personas, que la empatía es esa capacidad que TODOS poseemos, es tener ese mínimo de consciencia para con el otro, entender que cada uno es un mundo diferente y vive como puede, no le compete más que al dueño de esa vida . No sabemos (ni tenemos que conocer) lo que el otro piensa o siente, ni tenemos que conocer las razones por las cuales se comportan como lo hacen, mucho menos debemos calificarlas o criticarlas, solo debemos respetarlas y hacernos cargo de lo nuestro.

Así que, lo que importa, es el efecto real que nuestras palabras o actos logran en los demás, y, es injusto (e inútil) hacer sentir mal a los otros, tal vez, se pueda establecer, alguna vez, la clara diferencia entre ser feliz y tener felicidad, vivir y dejar vivir

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