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Wilson, un “gatito viejito” que busca un hogar que lo albergue

A través de las redes sociales –Facebook, Instagram- es permanente la publicación de mascotas –perros y gatos- que buscan un hogar.

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Por lo general llegan a través de grupos de proteccionistas que realizan un trabajo arduo pensando en encontrar una familia para las decenas de rescatados que llegan a sus manos a diario.

En esta oportunidad, hay algo diferente en la historia.

Hace ya más de un mes, los concurrentes a una confitería ubicada en la esquina de Colón y Belgrano, comenzaron a sentir un maullido insistente.

Casi sin darse cuenta, el gato que intentaba llamar la atención de las personas que ocupaban diferentes mesas logró acercarse y que le prestaran atención.

Estaba muy lastimado, en mal estado, con restos de una sutura a la altura del cuello y “una herida muy fea en la orejita derecha”.

Sin dudas estaba pidiendo ayuda.

“Con unos chicos lo encontramos, a principios de febrero” y no pudieron dejarlo seguir camino.

Aquella noche durmió en el hogar de una pareja y al día siguiente, “lo pasé a buscar y lo hice ver con mi veterinario” y “lo llevé al único lugar que podía, un bañito en la quinta de mis suegros”, explica Virginia.

“La primera noche se escapó pero siempre quedó dentro del perímetro de la quinta” y “desde entonces voy todos los días a llevarle comida, darle el antibiótico que le recetó Matías, hacerle mimos, cambiarle las piedras”.

Mientras tanto, se publicó en redes el hallazgo, pensando en que si tenía una herida suturada, debería tener una familia, pero nunca apareció nadie.

Fueron pasando los días y por estar a la intemperie, con jornadas de mucho calor y esa herida difícil, empezaron a molestar las moscas. De nuevo al veterinario, colocarle curabichera, pero siempre era “un pasito para adelante y dos para atrás”.

Para que se recupere más rápido, “decidí llevarlo de nuevo a mi veterinario de confianza, Matías Mandel, para que puedan darle un lugar cerrado y medicación para cicatrizar la herida”.

“El estudio de la lastimadura arrojó que tiene un tumor inoperable por el lugar en el que se encuentra ubicado”, añade Virginia.

Ahora, “solo queda darle un hogar, un lugar donde pueda pasar lo que le quede de vida, con muchos mimos y una camita calentita”.

“No requiere más que una pastillita diaria para intentar frenar ese tumor y que se reduzca un poco”.

Virginia quisiera poder tenerlo pero no cuenta con un espacio adecuado –que no permanezca al aire libre–, ni tiempo material debido a su trabajo.

Hoy busca un hogar para este gatito viejito –estiman que tiene unos 12 años– que pide cariño y, por supuesto, Virginia sigue dispuesta a que siga recibiendo la atención del veterinario cada vez que lo requiera, acercarle alimento a la familia que lo adopte.

Su intención no es desentenderse, sino que alguien dispuesto a acompañar a la mascota, pueda sumarse y brindarle una mejor calidad de vida a Wilson –así lo llama hoy–, este “gatito viejito” que pidió ayuda aquella noche de febrero cuando se acercó a las mesas de la confitería y logró acaparar la atención.

Quien esté dispuesto a dar amor a una mascota, comunicarse con el 2364-587888.

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