Por Sebastian Riglos (Integrante del Consejo del Partido Justicialista de Junín)
En los últimos días, dirigentes políticos del oficialismo y la oposición de nuestra ciudad opinan sobre seguridad. Se “revolean” con números y estadísticas, se critican y banalizan un tema muy sensible e importante como la seguridad con el único fin de hacer campaña.
La seguridad nunca debe ser un tema de campaña. Es algo que afecta a la ciudadanía fuertemente. Es un golpe bajo hablar de “estadísticas” que no se muestran, “estudios serios” que no se conocen nunca, y “paupérrima gestión”, cuyos números se desconocen. Así, en ese orden, lo ha expresado la Dra. Carolina Echeverría, la candidata a intendenta Kirchnerísta Victoria Muffarotto y el edil Maximiliano Berestein, respectivamente.
El primer error es considerar un gasto y no una inversión a la seguridad. El otro error mucho más preocupante es que, quienes critican la mala inversión (dicen 100 millones de pesos) de la gestión Petrecca, no presenten pedidos de informes y exijan al Intendente claridad y detalle de cómo se invierte cada centavo de los contribuyentes. De manera tal, que la actitud de quienes nos representan es bastante pobre y la posición del ejecutivo local es, de mínima, muy poco clara.
El abordaje de este complejo tema debe ser con una mirada distinta. Preguntándonos cuales son las políticas públicas que se despliegan para atender la seguridad. Tratar de ver más allá de la “rosquita” que sirve para juntar algunos votos o desacreditar al adversario político.
Por ejemplo: En nuestra ciudad hay 5 fuerzas de seguridad. La Policía de la Provincia de Buenos Aires, La policía Federal, el Servicio Penitenciario de la Provincia, la Policía Local, y Gendarmería. Si sumamos la cantidad de hombres y mujeres uniformados, nos encontraremos con una cifra similar a la que siempre se habló como la “gran cantidad de personas que trabajaba en el Ferrocarril”. Hombres y mujeres que consumen todos los días en nuestra ciudad. De manera que, además de cuidarnos, vuelcan sus muy bajos salarios en comercios y servicios de Junín.
Pero también , es de público conocimiento que en muchas reparticiones, se hacen malabares para reparar los móviles, comprar hojas o cartuchos para la impresora.
Muchos policías comprometen su salario para que pueda funcionar el servicio. Deben comprarse uniformes, calzado y hasta municiones.
Así, que si se reclama un servicio profesional, lo primero que debiera tratarse es la política salarial de aquellos que nos cuidan. Sin embargo, es mucho más fácil “discutir” para la tribuna” que ponerse a disposición de los que cada día intentan cuidarnos.
Por eso es necesario sincerar la disputa y tratar este tema con la seriedad que requiere. Indagar cuales son las necesidades de los uniformados y trabajar para que puedan llevar adelante su labor de manera correcta y dignamente. Lamentablemente, ni oficialistas ni opositores hablan de la problemática humana de quienes nos cuidan. Como si no fueran personas. Penoso.
Para poder crecer, desarrollarnos y pensar en un futuro esperanzador, los argentinos necesitamos, desde hace rato, discutir, consensuar y acordar 5 o 6 políticas públicas que no se modifiquen según el gobierno de turno. La seguridad es, sin dudas, una de ellas. De lo contrario estamos condenados a la mediocridad de discusiones políticas para salir en las fotos.