Varios asteroides se aproximan a la Tierra esta semana, según advirtió la NASA, y uno de ellos es «potencialmente peligroso». En simultáneo, un grupo de científicos propuso una nueva estrategia para lidiar con este tipo de amenazas.
El Laboratorio de Propulsión a Reacción de la agencia espacial estadounidense (Jet Propulsion Laboratory, o JPL) compartió un gráfico con los datos de los diferentes cuerpos rocosos y las fechas en las que estuvieron o estarán más próximos a nuestro planeta.
Según indicó el mencionado laboratorio de la NASA, uno tiene el tamaño de un micro, tres de un avión y dos de ellos, miden como un edificio.
Lo cierto es que pese a la inmensa distancia, los objetos con un tamaño mayor a 150 metros que se observan dentro de 4,6 millones de millas (7,5 millones de km, o 19.5 veces la distancia entra la Tierra y la Luna) son considerados «potencialmente peligrosos».
Hay uno de los asteroides que cumple con dichos requisitos, ya que mide 177 metros y pasará a 2,33 millones de millas (3,75 millones de km) de nuestro planeta el 24 de junio.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Florida Central propuso un método a fin de evitar que la humanidad sufra el mismo final que los dinosaurios.
Su iniciatuva supone atar un asteroide peligroso a otra roca cercana mediante un cable especial para desplazar su centro gravitacional y, así, alterar su órbita hacia fuera de la colisión con la Tierra.
Utilizando el asteroide Bennu como objeto de estudio, el equipo llevó a cabo diversas simulaciones computarizadas para calcular la dinámica de tal sistema en varias condiciones iniciales, y concluyó que podría servir de método viable de defensa planetaria.
