El matrimonio entre Eduardo Costantini (73) y la modelo mendocina Elina Fernández Fantacci (30) ha generado una ola de críticas hacia la joven que ha sido catalogada como una “caza fortunas”.
A los audios de Anama Ferreyra, quien comparó la relación con el Robo del Siglo, en las últimas horas se sumó una insólita versión sobre un supuesto embrujo que habría utilizado Fernández Fantacci para conquistar al empresario. Una pocima conocida en varios países de Latinoamérica como “agua de tanga”.
Según informó el sitio Big Bag News, se trata de una versión que habría hecho circular desde el entorno del familiar del empresario. Cabe destacar que ya se había mencionado que los hijos del dueño del Malba estaban totalmente en contra de la boda.
El agua de tanga o agua de calzón, como se lo conoce en otros países, es un “amarre” que se ha utilizado por años para atraer el amor del hombre o mujer.
Consiste en una preparación de agua y un poco de miel o azúcar morena donde se sumergen ropa interior de la persona interesada y de quien se quiere conquistar. Posteriormente, se deja reposar sobre una fotografía de ambos.
Si bien hay algunas variaciones en la receta de la “pócima”, como por ejemplo el uso de algunas palabras mágicas, todas concluyen de la misma forma. Tras 24 horas de remojo la persona que se desea conquistar debe beber el “agua de calzón”.
No obstante, mientras siguen las especulaciones el matrimonio sigue disfrutando de su luna de miel haciendo oídos sordos a las críticas.
Los rumores se basan en torno a la diferencia de edad que tiene la pareja y muchos especulan que la joven solo tiene intensiones monetarias ya que antes de casarse con Constantini, Fernández Fantacci tuvo una relación con un empresario millonario que falleció.
Luego de su muerte la modelo, al haber pasado cuatro años en pareja con él, intentó quedarse con una parte de la herencia cosa que no logró.