Con la confirmación de seis nuevos casos, que ya suman 18 en todo el país, el brote de sarampión en curso se convirtió en el más importante desde el año 2000.
Lejos quedó aquel 27 de septiembre de 2016, cuando la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunciaba que el continente Americano se había convertido en el primero del mundo en ser declarado libre de sarampión.
«Este 2019, en un contexto de una reemergencia mundial de la enfermedad, es el año que más casos venimos reportando desde el 2000», señaló la infectóloga Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), quien recordó que en 2010 se reportaron 17 casos tras el Mundial de Sudáfrica, y que si bien en 2018 se notificaron unos 40, eran importados.
Los reportados ahora son todos autóctonos, lo que quiere decir que se infectaron acá, aunque eso no significa que sean endémicos, porque para que se reintroduzca el sarampión tiene que registrarse circulación sostenida durante 12 meses.
No obstante, si no se puede establecer bien la cadena de infección, el riesgo es que haya circulación viral no detectada. «Es una enfermedad muy contagiosa. Nueva de cada diez personas susceptibles se infectan y el virus puede durar hasta 2 horas en el ambiente», señaló Vizzotti sobre la transmisión. Y advirtió: «Estamos corriendo detrás del sarampión».
Los síntomas más característicos son los que se denominan como «triple catarro», que integran conjuntivitis, rinitis y bronquitis, pero Vizzotti señaló que no hay que esperar esos síntomas. «Manchitas y fiebre arriba de los 38 grados son suficientes para hacer una consulta inmediata», dijo la infectóloga en declaraciones televisivas. Y recordó que la enfermedad no tiene tratamiento específico y se puede complicar: «Puede dar neumonía viral, sobreinfección bacteriana, encefalitis y causar la muerte, sobre todo en menores de 5 años, en mayores de 20, en pacientes inmunocomprometidos y en personas con trastornos nutricionales».
Cabe señalar que el sarampión causó la última muerte en Argentina en el año 1998. Vizzotti llamó no sólo a vacunar a los niños –la vacuna es la Triple Viral y se aplica al año de vida y al ingreso escolar- sino también a chequear el esquema entre los adultos. «Los menores de 54 años tienen que tener dos dosis. Ante la duda, si no hay contraindicaciones que son defensas bajas y embarazo, lo ideal es acercarse a un vacunatorio. Con un análisis de sangre que se llama serología se puede chequear si se tiene o no la vacuna», señaló la médica.
Los seis nuevos casos confirmados se dieron en bebés, chicos y adultos de distintos partidos de la provincia de Buenos Aires. Todos carecían de la vacuna o tenían el esquema incompleto.
La Secretaría de Salud amplió semanas atrás la recomendación de una dosis «0» de la vacuna triple viral a los bebés de entre 6 y 11 meses (que ya había sido indicada en la ciudad de Buenos Aires y en la región sanitaria V) a las regiones VI, VII y XII. Esta dosis no cuenta para el calendario habitual; es decir que luego debe continuarse como siempre, con la aplicación de las correspondientes a los 12 meses y al ingreso escolar.
Este año, el sarampión creció globalmente un 300% y en Brasil se registraron 4500 casos en tres meses. En San Pablo murieron tres bebés, y en Pernambuco, un adulto.