Los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas aumentaron 4,5% entre julio y agosto de 2019, lo que suma 33,3% desde que empezó el año, tal como se ve reflejado en las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicadas este jueves.
En el índice de precios al consumidor (IPC) consta que algunos de los alimentos que más aumentaron de julio a agosto fueron las frutas y verduras, cuyo valor depende en gran medida de la disponibilidad de oferta según la estación.
Así se registró un incremento del 51,7% en el precio de la cebolla, del 9% en el de la batata y del 18,6% en el de banana. Pero para el caso el de la lechuga bajó un 18,4% de julio a agosto.
Gabriel Lombardía, el encargado de hacer el relevamiento diario de precios en el Mercado Central, le confirmó a minutouno.com que la suba de la cebolla es excepcional.
«El precio de la cebolla tuvo dos temas por el cual se fue tanto para arriba: hace un mes hubo una inundación en el sur de Brasil, y Brasil importó casi toda la producción de Argentina. Ese fue el primer salto», señaló.
«El segundo salto fue que hubo problemas climáticos en el sur y ahora está justo el cambio de la temporada, que va de las plantaciones del sur a Santiago del Estero. Entonces hay faltante», explicó Lombardía.
«La banana», siguió el experto, «salvo la que viene de Misiones, todas las demás básicamente vienen con precio dólar de Ecuador, de Paraguay. Aumentan como aumentó el dólar», así que su costo es el resultado menos pensado de la corrida cambiaria.
La lechuga bajó de precio, según Lomardía, simplemente porque se pudo cosechar más y hay una mayor oferta en el Mercado Central. A los efectos de hacer planes culinarios, Lombardía dio indicios de que es hora de hacer acopio de tomate.
«En noviembre o diciembre va a haber problemas con el tomate porque se está produciendo menos de la mitad de lo que se produjo el año pasado, por el tema de los insumos en dólares», sentenció.
«Si hoy hubiera el consumo del 2014 sería placa de todos los noticieros el precio del tomate, porque no hay nada. Pero como la gente tampoco compra, más o menos se mantiene el precio. Estaría a $1500 el cajón cuando ahora lo conseguís a $700″, convino.
En cambio es más difícil explicar la suba del 10,2% en el precio de la leche en polvo entera en su presentación de 800gr. o el incremento del 5,8% en el kilo de arroz blanco, que puede no ser el incremento más importante pero sí uno que impacta en los hogares con menos recursos económicos.
Otros alimentos que aumentaron notablemente en agosto son el salame, que subió 5,9% el precio por kilo, el salchichón, a 7,2% más que el mes anterior, las galletitas dulces envasadas sin relleno, a 7,7% más caro el paquete de 150g, y el pan de manteca de 200g, que tuvo un 7,2% de incremento en su costo para el consumidor.
Para los que hayan ahorrado en conservas, la lata de 230gr. de tomate entero aumentó 7% su precio en agosto, así que la inversión hecha en junio fue acertada. Los aficionados al dulce de leche poco previsores, en cambio, tendrán que pagar 6,1% más por el pote de 400g. a partir de ese mes.