Uno de cada cuatro trabajadores tienen un empleo informal y cobran hasta un 45% menos que quienes ostentan un trabajo formal, según un informe de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET).
Un informes del Observatorio de Comercio Exterior, Producción y Empleo (CEPE) de la entidad sostiene que el 26,3% de los trabajadores son asalariados informales, mientras que un 21,1% están registrados como cuentapropistas y un 0,4% como trabajadores familiares sin remuneración.
De este modo, el informe indica que el 47,8% del total de empleados se encuentra en una situación irregular. Además, se resalta que desde el cuarto trimestre de 2016 a la actualidad «631.600 trabajadores cambiaron su condición laboral, a condición de trabajo precarizado».
Asimismo, el documento alerta que un empleado informal cobra por hora un «45% menos que un empleado formal», mientras que los cuentapropistas «un 39% menos».
El informe, con datos del EPH-INDEC del último semestre de 2018, asegura que «el deterioro del mercado laboral amplificó la pobreza el año pasado» y destaca que ese deterioro es un «factor clave para entender el aumento de la pobreza» por dos vías: «la precarización del nivel de empleo como factor constante de la mano de la disminución del ingreso y la caída del salario real».
Nicolás Trotta, rector de la UMET, detalló que «la informalidad y la flexibilización laboral creció en los últimos tres años, generando empleos de menor calidad, salarios bajos y más fáciles de despedir. En el último semestre de 2018 el indicador muestra que son casi 3 millones de asalariados los que se encuentran en situación de precariedad».
