El ministro de Gobierno de Bolivia Eduardo del Castillo confirmó que ingresaron al país «armas de Argentina de manera ilegal», según informó se encontraron 26.900 balas antitumulto 12/70 en un depósito de la Policía de Bolivia. Es parte de las 70.000 balas de gomas que la Gendarmería pidió sacar del país el 12 de noviembre de 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, con el argumento de defender la embajada en el Estado Plurinacional.
Algunas de estas balas estaban escondidas en bolsas rotuladas como «guantes» y otras estaban en cajas con el sello de la Gendarmería argentina dentro del depósito de la Policía en el que se hallaron.
Del Castillo aseguró que los gendarmes argentinos llegaron al hangar de los Diablos Negros del aeropuerto de El Alto con el Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina. Allí el personal diplomático, que había sido escoltado por la Policía de Bolivia abordó el avión, y se comenzó la descarga de las cajas con armas y municiones. A las 7 de la mañana del 13 de noviembre de 2019, los gendarmes y los pertrechos fueron trasladados a la embajada y allí se hizo entrega del material bélico, como se había convenido con el entonces comandante de la Policía de Bolivia Yuri Calderón.
«Gran parte también fue enviada a la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) y hay un faltante que aún se encuentra en investigación y debemos determinar si fue utilizado en las masacres de Sacaba y Senkata», afirmó el ministro.
La hipótesis más firme es que de las 70.000 balas de goma que salieron de la Argentina, 40.000 fueron a la FAB –según surge de la carta que envió el 13 de noviembre de 2019 el entonces comandante Jorge Terceros Lara– y el resto a la Policía de Bolivia.
«El tráfico de armas está penado en Bolivia con 30 años de prisión. Quiero hacer hincapié en el tema de Argentina. En bodegas de la policía boliviana se encontró material. Una parte fue enviado legalmente y otra parte se hizo de manera ilegal y lo estamos investigando», dijo el funcionario en conferencia de prensa.
Del Castillo también denunció que la ex presidenta interina Jeanine Áñez también pidió autorización el 15 de noviembre de 2019, dos días después de la llegada del contingente argentino, para que un Hércules de la Aviación boliviana entrara a Ecuador para recoger municiones –en su mayoría balas de goma y gases– que también fueron hallados en poder de la Policía de Bolivia.
Y agregó que «existía un plan continental para reprimir al gobierno boliviano organizado desde el 24 de julio cuando sin fundamento alguno el subsecretario de Estado de Donald Trump ya hablaba de fraude. Ya se tenía un manual para un golpe de Estado».