Las familias de Balbo y «Sapito» Gómez debieron enfrentarse en los Tribunales de Córdoba, luego de que la Justicia los citara para una audiencia por la picada en la que en noviembre del 2012 murieron Agustín Balbo, de 14 años y Enrique Díaz de 15, y por lo que se lo culpa al barrabrava Oscar «Sapito» Gómez de ser el principal acusado.
En los pasillos del palacio judicial, ambas familias protagonizaron un brutal enfrentamiento que incluyó piñas y patadas.
Carlos Hairabedian, abogado de Gómez, dijo a la radio Cadena 3 que se trató de una «situación que fue tan violenta, inesperada y absurda como injusta».
«La agresión de un grupo integrado de entre 30 y 50 personas, predominantemente mujeres, sobre todo jóvenes de la familia de la víctima, se abalanzaron sobre el padre, madre y un hermano de Gómez que salían en ese momento con mi compañía rumbo a su domicilio», precisó el letrado.
Hairabedian manifestó que el ataque se dio de «una manera feroz, intensa» y destacó la intervención de dos policías que «se dieron maña para persuadir».
El abogado alertó que «peligra la vida de Gómez en el juicio, peligra la vida de los jueces que vayan a resolver algo que no sea de la satisfacción» de los familiares de Balbo.
Gómez está imputado por homicidio culposo agravado (por la conducción de un vehículo automotor y por el número de víctimas) y afronta la responsabilidad por la muertes de Balbo y Díaz.
El 15 de abril pasado, durante el clásico del fútbol cordobés entre Talleres y Belgrano, Emanuel Balbo, de 26 años, fue arrojado desde la tribuna luego de cruzarse con Gómez.
Se cree que Balbo fue a hablar con Gómez por la muerte de su hermano y el barrabrava instigó a que lo mataran al decir que era un hincha de Talleres infiltrado. Balbo murió tres días después como consecuencia de traumatismo de cráneo con paro cardiorrespiratorio y de varios golpes en el cuerpo.