Victorio Di Salvo tiene 40 años y atiende un local de ropa en Capilla del Monte pero su verdadero «negocio», aunque no lo promocionaba en ninguna red social, era hacer «trabajos espirituales».
El último justamente fue el que marcó su caída. Dos jóvenes cordobesas lo denunciaron y la policía lo detuvo cuando llegaba a la tradicional calle techada donde trabajaba. Lo imputaron por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, en grado de tentativa.
Según el testimonio de una de las víctimas, lo conoció cuando fue a ofrecerle su currículum como vendedora. El hombre aprovechó la oportunidad para contarle que hacía «limpiezas energéticas» y le ofreció ir a una sesión sin costo.
La chica fue con una amiga pero se encontraron con una terapia muy distinta de la que esperaban, que incluía que tuvieran que desnudarse, consoladores y masajes en todo el cuerpo. Durante el allanamiento que terminó con su detención secuestraron “varios elementos de intimidad sexual y un frasco con un líquido verde que podría ser compatible con el que la denunciante dijo que le dio de tomar».