“Lo mejor que hizo la vieja es el pibe que maneja”, la calcomanía noventosa por excelencia que muchos colectiveros eligieron, también podría estar puesta en un satélite espacial o incluso en una cápsula robótica que filma dentro del cuerpo humano. Esto se debe a que, recientemente un estudio científico determinó que la inteligencia es una característica que los niños la heredan principalmente de sus madres.
Según reveló el sitio especializado Psychology Spot, en la base de esta idea se encuentran los llamados “genes condicionados”, que se comportan de forma diferente según su procedencia. Básicamente, estos genes tienen una especie de etiqueta bioquímica que permite rastrear su origen e incluso revelar si están activos o no dentro de las células descendientes.
Curiosamente, algunos de estos genes condicionados funcionan solo si provienen de la madre. Si ese mismo gen se hereda del padre, se desactiva. Obviamente, otros genes funcionan al revés y se activan solo si provienen del padre.
Siempre se supo que la inteligencia tenía un componente hereditario, pero hasta hace poco tiempo se creía que gran parte de ella dependía tanto del padre como de la madre. Sin embargo, varios estudios revelaron que es más probable que los niños hereden la inteligencia de la madre, porque los genes de inteligencia se encuentran en el cromosoma X.
Años atrás, el científico estadounidense Robert Lehrke demostró que dado que las mujeres tienen dos cromosomas X, tienen el doble de probabilidades de transmitir características relacionadas con la inteligencia.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Ulm, Alemania, estudiaron los genes implicados en el daño cerebral y descubrieron que muchos de estos, especialmente los relacionados con las capacidades cognitivas, se encuentran en el cromosoma X. De hecho, no es casualidad que la discapacidad mental sea 30 % más común en hombres.
Pero quizás uno de los resultados más interesantes en este sentido proviene de un análisis longitudinal realizado por la Unidad de Ciencias Sociales y de Salud Pública del Consejo de Investigación Médica en Glasgow, Escocia.
En este estudio, 12.686 jóvenes de entre 14 y 22 años fueron entrevistados cada año desde 1994. Los investigadores tomaron en cuenta varios factores, desde el color de la piel y la educación hasta el nivel socioeconómico.
Descubrieron que el mejor predictor de inteligencia era el coeficiente intelectual de la madre. De hecho, el coeficiente de inteligencia de los jóvenes varió solo en un promedio de 15 puntos con respecto al de sus madres.