Dibujos fálicos y textos perversos: las cartas de uno de los curas acusado de abuso sexual en el Próvolo

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Con tono sarcástico y perverso, el cura se intercambiaba cartas con un diácono (quien asiste a un cura y participa de sacramentos como casamientos, bautismos o comunión).

Este hombre aparece identificado en la causa con sus iniciales y enviaba las cartas desde Buenos Aires. Las cartas pertenecen al diácono y se sumaron al expediente en diciembre del 2016 pero recién en estos días salieron a la luz.

En las cartas están escritas con un alto contenidos sexual y el hombre firma con dibujos fálicos de hombres con el pene erecto y eyaculando.

En las misivas, además de los alumnos se mencionan a las monjas del Provoló. Una hace especial referencia a la religiosa japonesa Kumiko Kosaca que está imputada como cómplice y partícipe de algunos de los abusos sexuales.

“La hermana japonesa le pidió un consejo al contemplativo Rubimacho (en aparente referencia a Corbacho, que es rubio) y estando solos en el aula Rubimacho le dijo a la hermana japonesa: la apertura, la apertura es siempre le principio de toda obra. La hermana entendió mal y su apertura fue de piernas”, dice una de las cartas y continúa: «El latido del corazón del contemplativo era intenso y su pierna del medio se elevó como un avión. Mientras el contemplativo le metía sus pensamientos carnales a la hermana, la hermana japonesa estaba como en éxtasis”.

Otra de las misivas dice:

“Y aquí me pongo a contar al compás de un sordomudo.

Tené cuidado ahí adentro a ver si te rompen el culo.

Me parece que la japonesa está bailando la conga en vez de que habla su acento que te acaricie la poronga.

Y ya me voy despidiendo de un amigo sin igual que Dios nos bendiga a todos Y por las dudas, tomá…” (dibujo de un hombre con el peno erecto)

Otra de las cartas dice:

«Aquí me pongo a cantar al compás de la vigüela si este año no te haces cura soplame bien esta vela».

«Che Horacio déjate de joder si llegan algunas monjas seguro es pa coger».

«Que las hermanas vayan pasando, por fin se dio una, antes que andarme pajeando…»

«Yo no sabía que hacer en este gran instituto».

«Si esto sigue así, terminaba como un Pu…»

«Pero el señor me escuchó.»

«Y me sacó de la modorra.»

«Espero que las hermanas me muestren su gran cotorra.»

«Ya los curas oxidados, terminaron su lenteja, por fin la congregación, mandó unas monjitas pendejas.»

«Qué bueno estar en este Teloh (sic) porque así se parece, ahora llegará la noche y la hermanita recibirá lo que se merece».

El cura Corbacho tiene 16 imputaciones y está detenido en la cárcel de Boulogne Sur Mer junto a otros presos acusados de violencia de género y abusos.

En la causa del Instituto Antonio Provoló tiene 14 imputados por al menos 60 casos de abuso sexual.

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