Roxana León tuvo su séptimo hijo varón y quiere que el padrino del niño sea el presidente Alberto Fernández, como dicta la ley 20.843 de padrinazgo presidencial, fundamentada en una antigua tradición.
La madre neuquina ya tenía seis hijos varones: Sergio de 24 años, Kevin de 22, Alex de 14, Yandel de 11, Yamil de 7 y Leonel de 3, cuando se enteró de que tendría un séptimo hijo mientras cursaba el sexto mes de embarazo.
Desde el momento en que se enteró el sexo de su hijo pretende que sea apadrinado por Alberto Fernández. Roxana supo de la ley gracias a un médico de la Maternidad del Hospital Provincial Castro Rendón, que le mencionó el tema.
Luego le dieron un punteo de lo que implica la ley de padrinazgo y los beneficios que le corresponden en dicho caso. Eso entusiasmó a Roxana, que sufrió el abandono del padre del niño hace siete meses.
La ley de padrinazgo
Fue una ley sancionada y promulgada en 1974 por el gobierno de María Estela Martínez de Perón y garantiza el padrinazgo presidencial del mandatario en el cargo al momento del nacimiento del séptimo hijo varón o séptima hija mujer.
La ley, además, dice que quien sea apadrinado por el presidente tendrá derecho a que el Estado nacional le garantice la educación gratuita en establecimientos educativos oficiales desde el nivel inicial hasta el terciario o universidad. El Gobierno dispone una partida anual para financiar la beca de estudio incluyendo el costo de libros, útiles y todo lo necesario para que el ahijado o ahijada del presidente pueda llevar adelante sus estudios.
El origen de la tradición
Esta extraña costumbre viene de la lejana Rusia zarista de Catalina «La Grande», que brindaba el padrinazgo imperial. Esto nace porque se creía que daba una protección mágica para la vida de estos niños.
Esta tradición, a partir de la mixtura con leyendas centroeuropeas, también está vinculada a la creencia de que evitaba que ese séptimo hijo varón sufriera alguna maldición o se convirtiera en hombre lobo.
En Argentina llega de la mano de un matrimonio de alemanes del Volga en 1907 que dio a luz a séptimo hijo varón en Coronel Pringles y le enviaron una carta al presidente José Figueroa Alcorta. De ahí que la tradición se instaló en nuestro país.