Entre 2010 y 2011 el gobierno de Cristina Kirchner envió gendarmes y prefectos en el primer y segundo cordón del conurbano bonaerense y en el sur de la Ciudad de Buenos Aires para combatir la inseguridad, a través de los operativos «Cinturón Sur» y «Centinela».
Seis años después el gobierno de Mauricio Macri dispuso cambios en los operativos: los agentes estarán en movimiento y ya no más estáticos, para lograr mejores resultados contra la inseguridad. Así lo determinó el decreto 66/2017, firmado por el Presidente, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Fuentes oficiales le indicaron a TN.com.ar que se trata de «un cambio de paradigma», y aclaron que las fuerzas federales no van a abandonar el territorio, sino que van a empezar a estar en movimiento».
El Gobierno argumentó en el decreto que las medidas dispuestas por el kirchnerismo generaron «un mecanismo rígido de organización, con presencia estática y focalizada, sin alcanzar los objetivos pretendidos, y en virtud del cual se ha confundido la tarea policial con el accionar propio de las Fuerzas de Seguridad con una misión especializada».